El embajador de México en EE.UU., Gerónimo Gutiérrez Fernández, afirmó hoy que la relación entre Estados Unidos y México se encuentra en un punto de inflexión en el que puede madurar o sufrir “un retroceso importante”.
Gutiérrez Fernández visitó hoy El Paso (Texas), donde dialogó con actores locales y estatales sobre varios temas, entre ellos la relación comercial entre México y Texas, así como las renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En una conferencia de prensa en el Consulado de México en El Paso, el embajador dijo que la relación bilateral entre Estados Unidos y México atraviesa un momento de diferencias en varios asuntos.
“Con respecto a la Administración (del presidente Donald) Trump, hay diferencias importantes, que son públicas, pero por otro lado tenemos un nivel de comunicación razonable para encontrar un campo común y zanjar nuestras diferencias”, dijo.
Sobre el llamado “muro fronterizo” que Trump quiere construir en la linde con México, aseguró que no es un tema de la agenda bilateral, y que el Gobierno mexicano ha expresado estar a favor de la seguridad en la frontera pero no mediante este tipo de mecanismo.
“Por supuesto que no vamos a pagar por él”, agregó, en alusión a la promesa que Trump hizo en la campaña electoral de 2016, cuando aseguró que México pagaría la factura del muro.
El embajador mencionó también que en el marco de la renegociación del TLCAN (tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá), el país latinoamericano ha explorado opciones con países fuera del tratado con base en sus necesidades.
El diplomático dijo, además, que el salario mínimo de los trabajadores mexicanos no puede elevarse por decreto y que México no pretende competir en el TLCAN mediante una baja remuneración para los obreros.
El TLCAN, que entró en vigor el 1 de enero de 1994, ha generado beneficios para los países, pero también perjuicios económicos en algunos sectores.
Según diversos análisis, el nivel de pobreza extrema de México subió rápidamente desde la implantación del acuerdo en 1994, pasando de un 16 % a un 28 % solo en los primeros cinco años.
Cinco millones de campesinos abandonaron sus tierras, elevando el desempleo urbano en México y aumentando la migración de campesinos a EE.UU.
Gutiérrez Fernández, que participó en una reunión con representantes del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. sobre los proyectos de ambos gobiernos en la línea fronteriza, también destacó la necesidad de proteger los derechos de los inmigrantes mexicanos en las denominadas “ciudades santuario” de este país.
Las “ciudades santuario” son localidades donde la policía y los funcionarios municipales tienen prohibido preguntar el estatus migratorio de las personas y tampoco colaboran con las autoridades federales en la detención de indocumentados para ser deportados.