Los bancos centrales de países emergentes como México, Corea y Tailandia agregaron más de 10.000 millones de dólares de oro a sus reservas este año en una señal de la reducción de la confianza en los bonos y las monedas referenciales de Occidente, como el dólar y el euro.
El miércoles, datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para junio mostraron que Tailandia compró oro por segunda vez este año, elevando sus reservas por casi 19 toneladas a más de 127 toneladas, mientras que Rusia compró otras 5,85 toneladas, llevando sus reservas a 836,7 toneladas, la octava mayor acumulación mundial del metal.
En lo que va del 2011, los bancos centrales de los mercados emergentes compraron casi 180 toneladas de oro, más del doble de las 73 toneladas adquiridas por los bancos centrales a nivel global a lo largo del 2010.
El precio al contado del oro XAU= subió más de 17 por ciento este año a un techo de 1.672,65 dólares la onza, impulsado principalmente por inversionistas preocupados por el impacto sobre las economías desarrolladas de la carga de sus deudas y por su crecimiento lento.
México fue el principal comprador de oro del año, hasta la fecha, con adquisiciones por 5.300 millones de dólares, o 98 toneladas de oro, seguido por Rusia, que compró 48 toneladas, valoradas en 2.600 millones de dólares a precios actuales.
Durante la semana, Corea del Sur confirmó que había comprado 25 toneladas de oro en junio y julio.
“Los bancos centrales evidentemente no consideran que el nivel de precios sea muy alto y están diversificando sus reservas. Esta fue la primer compra de oro para el banco central coreano en más de diez años”, dijo Daniel Briesemann, analista de metales de Commerzbank.
“Parece que el vuelo elevado del oro sigue con el apoyo de muchos factores y el fin de este auge no está a la vista”, agregó.