jueves, marzo 28, 2024
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Enfoque de economía y finanzas México – China

En junio de este año la Tasa de Desocupación a nivel nacional ascendió a 5.42 por ciento, lo cual implica que en nuestro país hay poco más de 2.5 millones de personas sin trabajo. Por su parte, de los que tienen empleo, hay un 7.76 por ciento de personas que están subocupadas (trabajan menos horas de las que les gustaría laborar). Estos datos sin duda evidencian el gran problema de falta de ingresos que sufren millones de familias mexicanas y explican parte del creciente fenómeno de pobreza y delincuencia.
 
Ante estas cifras debería haber una verdadera preocupación en el gobierno federal por crear las condiciones para que se creen más y mejores empleos. Pero lamentable la realidad es que los funcionarios trabajan para la creación de empleos, pero en otros países como China.
 
Y es que tan sólo en el año 2010 México importó de China bienes y servicios por 45 mil 607 millones de dólares, mientras que nosotros exportamos a China bienes y servicios por tan sólo 4 mil 182 millones de dólares. Esto implica un déficit con la nación asiática en el 2010 de -41 mil 424 millones de dólares.  En los cinco primeros meses de 2011 el déficit en la balanza comercial con China suma 17 mil 458 millones de dólares.
 
Es evidente que la inmensa mayoría de productos que importamos de China son bienes manufacturados, lo que implica que México al comprar productos de dicho país está contribuyendo de manera muy importante a la creación de empleos allá y no aquí. Puede haber quien diga que el déficit con China no es muy grande, pero la realidad es que éste representó en 2010 el 4.01 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país.
 
Esto implica que si se adoptarán las políticas económicas correctas y pudiéramos sustituir la mitad de lo que le compramos a China por producción nacional (cosa que es factible), podríamos tener una tasa de crecimiento del PIB unos 2 puntos porcentuales más alta que la actual tasa.   
 
Si no obstante las cifras ya proporcionadas, aun hay quienes piensan que el comercio con China es manejable, habría entonces que señalar que en el periodo de enero de 2007 a mayo de 2011 las exportaciones de México hacía China fueron de apenas 12 mil 425 millones de dólares; mientras que en el mismo periodo importamos productos de China por 162 mil 123 millones de dólares. Esto implica que en los últimos casi cuatro años y medio hemos registrado un déficit acumulado con China de 149 mil 698 millones de dólares. De ese tamaño es el agujero que tenemos con China, y lo peor del caso es que la tendencia es a que las cosas empeoren.
 
¿Por qué digo que las cosas empeoraránPor que China es una economía cerrada que tiene un sinfín de barreras no arancelarias; mientras que por otro lado, se han implementado por parte delm gobierno federal mexicano políticas comerciales equivocadas a través de una desgravación arancelaria decretada unilateralmente desde el año 2008. Aunado a lo anterior, nuestras autoridades se “hacen de la vista” gorda” en las aduanas permitiendo la entrada de productos importados con precios excesivamente subvaluados. Y ante esto no se puede más que concluir que el principal promotor para la creación de empleos en China ahora en día se llama Bruno Ferrari García de Alba, actual Secretario de Economía del Gobierno Federal.
 
A continuación procedamos a analizar los problemas que enfrenta la industria nacional, y comencemos con el caso de la desgravación arancelaria unilateral.
 
Sucede que en diciembre de 2008 el gobierno mexicano decidió unilateralmente (y sin consultarlo con ningún sector económico) bajar los aranceles a la importación de mercancías provenientes de países con los cuales no tenemos tratado de libre comercio, pero que son parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC). ¿A cambio de qué hizo esto? ¿Fue alguna contraprestación por algo que haya hecho China por nosotros? La respuesta es no.
 
Así, a cambio de absolutamente nada, el gobierno mexicano estableció un calendario de desgravación que implicaba que a partir del año 2009, 2 mil 213 productos entrarían a México libre de arancel y para el año 2010 se sumarían otras 4 mil 412 fracciones también con arancel cero.
 
Al final de cuentas, se estipuló que para 2013, la meta es que todos los productos finales que lleguen a México tengan un arancel de 20 por ciento; los bienes intermedios, de entre 15 y 10 por ciento, y los bienes básicos, de 5 o de cero por ciento. Claro que los bienes que provienen de naciones con las que tenemos tratado de libre comercio, en su gran mayoría entran al país sin arancel.
 
Ante esto alguien pudiera argumentar que todo se hizo para beneficiar al consumidor a través de precios más bajos, pero esa es una gran mentira; ya que la realidad es que la baja en los aranceles lo que ha provocado es que los importadores traigan el producto del extranjero más barato y así amplíen sus márgenes de ganancia mientras que matan a la industria manufacturera nacional.  
 
Y aquí no se trata de una cuestión de proteccionismo. De lo que se trata es de defender una industria contra prácticas desleales de comercio, como las que realiza China, nación que no tiene una economía de mercado y que constantemente viola los ordenamientos de la OMC (tan sólo en los últimos siete años se han instaurado once paneles en la OMC para investigar sus prácticas comerciales).
 
En cuanto al tema de la subvaluación de productos importados en las aduanas, el problema también es grave, ya que la autoridad no hace nada cuando entran grandes cargamentos de bienes como la ropa y calzado declarando precios ridículos. ¿A qué me refiero? A que se han documentado casos en los que entra ropa interior a un precio de cinco centavos de dólar la pieza o pares de zapatos a 20 centavos de dólar (precios que ni siquiera cubren el flete de la mercancía). Y claro que sobre ese valor declarado es sobre lo que pagan impuestos, lo que  entonces implica una defraudación fiscal y una competencia ilegal en contra de los productores que si pagan impuestos en México.
 
¿Qué se está haciendo para remediar esto? Para todos fines prácticos no se está haciendo nada. No hay un mecanismo para detectar a estos importadores ilegales, y tampoco se les sanciona. Y mientras tanto las empresas nacionales no pueden competir con los ilegales y así no se crean empleos en México, sino en naciones como China.
 
Ante todo esto no queda más que concluir que los hacedores de política en México no entendieron la instrucción del “Presidente del Empleo” y se dieron a la tarea de facilitar la creación de empleos en otros países, pero no en México. No les preocupa lo que pasa y creen que todos los que pierdan su empleo en la manufactura podrán emplearse como meseros o camareras.
 
Finalmente, mucho se ha dicho en relación a la necesidad de desvincularnos del ciclo económico de Estados Unidos. También se ha comentado que México no podrá formar parte de los países BRICS porque no tiene un mercado interno sólido. Pero la realidad es que México no podrá contar con un mercado interno fuerte y dinámico mientras que no haya una verdadera política de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas. Políticas que se traduzcan en un impulso a la planta productiva nacional, y por lo tanto a la creación de empleos.
 
Que lamentable lo que sucede y el actuar de nuestros funcionarios del gobierno federal, pero que alentador es que ya esté habiendo pronunciamiento desde el Legislativo para tratar de poner orden en esta política de aperturismo indiscriminado que no beneficia al empleo, ni a los consumidores, ni a la planta productiva nacional.
 

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