Si en una frase pusiéramos la velocidad con que se mueve el comercio electrónico y la elasticidad de las normas jurídicas que lo regulan, podríamos buscar en el filósofo de Güemes una buena referencia, él decía: “si dos perros corretean a una liebre y el de adelante no la alcanza, el de atrás… menos”.
El comercio electrónico crece exponencialmente; en México las ventas registradas en 2015 alcanzaron la cifra millonaria de 257 mil millones de pesos, de acuerdo con la Asociación de Internet. La encuesta nacional sobre disponibilidad y uso de tecnología de la información en los hogares realizada por el Inegi expuso que 71.5 millones de habitantes en nuestro país tuvieron acceso a Internet en 2017.
Cada vez es más evidente que los hábitos de consumo en México se están modificando; el hallazgo y descubrimiento de la tecnología vienen marcando la diferencia, en nuestro país, en promedio, los usuarios del Internet se encuentran conectados durante siete horas con 14 minutos, de acuerdo con el estudio de consumo de medios y dispositivos de internautas mexicanos realizado en 2017.
Otro estudio nos demuestra que el 26% de los mexicanos que realizaron compras por Internet adquirieron ropa y calzado; 25%, electrónicos, electrodomésticos y muebles; 12%, pagaron servicios, y 8% boletos de transporte y paquetes turísticos.
Ante este escenario el comercio tradicional se debe preparar para ser más competitivo y aprovechar el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ante la nueva era comercial que está iniciando en Norteamérica.
Con el tratado se estableció una franquicia (de minimis) para empresas de mensajería y paquetería, con el cual la importación de bienes, quedarán exentos del pago de aranceles y cierto nivel de impuestos internos como el IVA.
En Estados Unidos será de 800 dólares estadounidenses exentos de aranceles y de IVA, en tanto en México se exenta del pago de aranceles hasta por 117 dólares estadounidenses, de los cuales los primeros 50 dólares estarán exentos de IVA; mientras Canadá estará libre del pago de aranceles hasta por 150 dólares canadienses, de los cuales los primeros 40 estarán exentos de IVA.
Además, se acordó que cada país se reserva el derecho de otorgar a los envíos de empresas de mensajería y paquetería un trato recíproco con respecto al monto que cada parte otorgue en las operaciones de importación de bienes efectuadas. En todo caso, las operaciones deberán cumplir con la normatividad interna de cada nación.
Las empresas mexicanas deben prepararse para estar al nivel que han desarrollado las estadounidenses y canadienses, incluyendo las Pymes donde el comercio electrónico ha crecido enormemente en los últimos años.
Empresas de logística de Estados Unidos en este sector han tenido una evolución muy rápida en el comercio electrónico, mientras en México apenas se están consolidando las reglas, lo que hace difícil que puedan competir, por ello es crucial que se capaciten para que incluso las pequeñas y medianas empresas se puedan subir al tren de la era digital.
Para Estados Unidos el nivel de minimis acordado con México y Canadá será clave para las Pymes, las cuales no cuentan con recursos suficientes para pagar derechos aduaneros e impuestos, y deben afrontar los mayores costos de cumplimiento que los niveles de minimis bajos y restrictivos para el comercio imponen a los envíos de poco valor, que son comunes entre las Pymes debido a su menor volumen comercial.
EL RETO DE REGULAR EL COMERCIO DIGITAL
Sin duda la diferencia del pago de impuestos entre el comercio tradicional y el electrónico puede generar que el precio que paga el consumidor por los mismos productos sea inferior en este último sector, convirtiéndose en una competencia desleal para el modelo de negocio tradicional.
Un ejemplo que evidencia que es necesario contar con una regulación integral en el comercio electrónico en México, es que ahora desde cualquier parte del mundo alguien te puede mandar un diseño por un correo electrónico que puedes abrir en una computadora e imprimirlo para que se convierta en un juguete para luego ser vendido, sin que haya pasado por aduana, y sin ningún tipo de pago de impuestos.
Este tipo de casos son los que se tienen que revisar por las autoridades, porque al final de cuentas impactan en la recaudación federal y genera un desequilibrio con el comerciante o importador que cumple con todas sus obligaciones fiscales.
Ahora bien, qué pasa con los contenidos digitales que son comprados en plataformas como Netflix. Estamos ante una nueva era donde estos servicios y productos no pasan por aduanas.
En el T-MEC quedaron establecidos los principales términos de los negocios digitales, pero en el artículo 19.3 y el 19.4 se indica que no habrá tarifas aduanales y que ningún gobierno debe discriminar productos y servicios producidos en el exterior, lo cual deja la cancha libre para este tipo de plataformas donde el gobierno federal mexicano aún no ha dimensionado los impactos.
Ante lo acordado, los contenidos de plataformas como Netflix o las que se desarrollen más adelante no deberán pagar cuotas o impuestos, aunque vengan de otros países, lo que permitirá que Amazon, Mercado Libre, Airbnb y otras tantas sigan operando sin que tengan que cumplir con todas las obligaciones fiscales como las que tienen que atender el resto de las industrias y empresas tradicionales en México.
Esta situación amerita un profundo análisis por parte del gobierno federal entrante para que exista una regulación en la materia que permita el desarrollo del comercio digital, pero con el piso parejo para todos los sectores productivos.
Ejemplos internacionales están a la vista, entre 2003 y 2011 Luxemburgo concedió ventajas fiscales a Amazon. La cantidad ascendió a 250 millones de euros en concepto de impuestos no pagados, así como otras importantes empresas como Apple que pagará 13 mil millones de euros no cobrados por Irlanda gracias a “acuerdos” fiscales ilegales.
Por ello en 2021 en Europa se impulsará una reforma sobre el pago de los impuestos al Valor Agregado y Sobre la Renta, vinculados con las plataformas electrónicas, porque en la comunidad europea se percataron sobre una descompensación entre los dos tipos de comercio y un incremento de envíos con bajo valor para evadir regulaciones e impuestos, lo que afecta a los empresarios nacionales y a las finanzas públicas.
INTEGRARSE A LA ERA DEL E- COMMERCE
Por otra parte, un sector que viene integrándose a la era digital son los supermercados, los cuales ofrecen el servicio de entrega a domicilio de tu mandado que antes comprabas en una tienda física; ahora puedes adquirir desde alimentos hasta electrónicos desde la comodidad de tu casa con solo un “clic”.
Para las tiendas de autoservicio el punto de venta físico es y seguirá siendo el core de la organización, pero en el mundo global la integración de la tecnología para comunicarse y vender es indispensable, por ello, desde hace unos años han implementado plataformas alternas para lo que llaman el servicio de súper a domicilio.
En este sector el comercio electrónico se ha convertido en una enorme oportunidad para aumentar la participación en el mercado, ofreciendo al cliente a través de una amplia gama de productos y servicios. Un ejemplo claro es el catálogo de miles de productos diferenciados y de valor en sus páginas de Internet, pues cadenas como Walmart o Soriana han sabido subirse al tren de la era digital de manera exitosa y con un crecimiento sostenido.
Entre los principales retos que afronta este sector es la seguridad y para ello se necesita proteger al máximo las transacciones e información de los consumidores, para evitar los riesgos de fraude, por ello la importancia de que las tiendas online deban estar identificadas con certificados de confianza y de pago para facilitar la compra, además de contar con una logística eficiente para que el producto que haya adquirido el consumidor llegue en tiempo y forma al domicilio del comprador.
CRECIMIENTO ACELERADO, PERO CON ORDEN Y SIN PRIVILEGIOS
El más reciente estudio de la Asociación de Internet expone que el negocio de las ventas online crecerá al menos 17% para el 2021, convirtiendo a México en uno de los mercados líder e-commerce en América Latina, lo cual nos invita a reflexionar sobre cómo es que queremos que opere y funcione este sector. La tendencia mundial es que este crecimiento acelerado sea ordenado y sin proteccionismos, pues lo que se está viviendo en las empresas involucradas en el comercio electrónico es la automatización de sus procesos y con ello el desplazamiento de trabajadores que tenían cabida en el comercio tradicional.
Es necesario que tomemos las mejores prácticas de la comunidad internacional para proponer al gobierno federal entrante la incorporación de este sector a la normatividad nacional y fomentar la cooperación entre los dos tipos de comercio e, incluso, que se modifique la forma como hacemos negocios en el país.
De acuerdo con el Global Ecommerce Report 2017, en el mundo este tipo de negocio está registrando ventas por más de 25 mil millones de dólares al año, mientras que en México el negocio crece a pasos agigantados, siendo América Latina una de las economías que más utilizan este método de compra, de ahí la importancia de que las reglas en México en este sector queden claras y brinden competitividad a las empresas nacionales.