Ayer el vocero de la presidencia de Estados Unidos, Sean Spicer, indicó que Trump estudia la aplicación de una tasa del 20 por ciento que se aplicaría a países con los que tienen déficit comercial, entre ellos, México.
Sin embargo, para aplicar la medida EU tendría que salirse de la OMC y del TLCAN para no violar los términos. Para imputar este gravamen, México tendría que levantar una controversia en la OMC, proceso que llegaría a durar de 2 y hasta 4 años, refirió Manuel Díaz, presidente de Grupo Ei Asesores.
“En Estados Unidos estos cambios pueden darse por orden ejecutiva, las consecuencias son gravísimas. Los más afectados de este impuesto serían los consumidores estadounidenses, los distribuidores, los consumidores, los dueños de las marcas que manufacturan en México”, comentó el especialista en comercio exterior.