Lo anterior, en medio de las tensiones que existen entre los productores mexicanos y sus contrapartes por la eliminación del acuerdo de suspensión de tomate, a raíz de una investigación ‘antidumping’, situación que obliga a los nacionales a pagar un arancel de 17.5 por ciento para entrar a suelo americano.
“Sí causa (el arancel) incertidumbre porque, uno, no se nos hace justo, y dos, muchos productores optaron por parar sus exportaciones, pudieron acomodar un poco en el mercado nacional, pero otros mejor decidieron esperar mientras se arregla este asunto”, dijo Manuel Cázares, vicepresidente del Sistema Producto Tomate, en entrevista.
El empresario, quien está involucrado en las negociaciones con sus contrapartes norteamericanas, apuntó que los exportadores más afectados por el arancel son los medianos y pequeños.
“Lo que veo es que son ciertos productores, sobre todos los más vulnerables, los que han dejado de exportar. Te puedo decir que son casi un 30 por ciento (de los exportadores)”, estimó Cázares.
No obstante, el productor expuso que las negociaciones del acuerdo de suspensión avanzan y probablemente esta semana viajen a Washington para sentarse a negociar con el Departamento de Comercio de EU.
“Parece ser que quieren arreglarlo, aún no podemos decir que ya está arreglado, pero al parecer sí nos vamos a volver a sentar y revisar las condiciones”, agregó.
Cázares consideró que la propuesta estadounidense que pretende revisar en frontera el 100 por ciento de los camiones mexicanos que exportan la hortaliza es imposible, ya que las verificaciones por unidad tardan más de una hora y media, lo que ocasionaría un cuello de botella en la frontera norte.
“Si continúan en esta posición no podremos tener arreglo, pero parece ser que va a haber más voluntad para sacar este tema. Esperemos que antes de septiembre 19, si no ya va a darse el fallo del ITC (Comisión de Comercio Internacional, por sus siglas en inglés)”, advirtió Cázares.