Con ocho años de demora y un sobregasto de miles de millones de dólares, funcionarios europeos activaron un sistema de navegación satelital que busca competir con el servicio GPS creado en Estados Unidos y que se ha convertido en un elemento básico en teléfonos celulares y automóviles en todo el mundo.
El sistema Galileo está diseñado para proporcionar a clientes comerciales y de gobierno datos de localización más precisos que el GPS.
Poder indicar con precisión una ubicación es crucial en un creciente rango de productos y sistemas, incluyendo logística en tiempo real, vehículos autónomos y servicios de entrega con drones.
Los sistemas satelitales como el GPS tienen además un uso importante para proporcionar momentos precisos para transacciones financieras y en las redes eléctricas.
El lanzamiento de los primeros 18 satélites Galileo fue obstaculizado por demoras y varias fallas. Un satélite dejó de funcionar y dos más terminaron en una órbita equivocada.
Pero la Agencia Espacial Europea logró lanzar cuatro satélites en un solo cohete el mes pasado y espera tener en órbita un conjunto completo de 24 satélites, más repuestos, en un lapso de cuatro años.
Se buscaba originalmente que Galileo comenzara a dar servicio en 2008 a un costo de tres mil 100 millones de dólares, pero ahora se calcula que el desarrollo y operación costará 13 mil millones de dólares para 2020.
Aunque los receptores GPS se encuentran ya de manera común en millones de dispositivos, hasta ahora sólo un puñado de artefactos son compatibles con el sistema Galileo.
La señal gratuita para el consumidor de Galileo proporcionará datos de localización con precisión dentro de un rango de aproximadamente un metro (tres pies con tres pulgadas), en comparación con los cinco metros (16 pies) o más del GPS. Un servicio premium ofrecerá eventualmente una precisión aún mayor a clientes que paguen por éste, así como a la policía, departamentos de bomberos y agencias de gobierno.
El sistema está además diseñado para mejorar operaciones de búsqueda y rescate al disminuir la cantidad de tiempo que toma ubicar señales de auxilio de personas perdidas en el mar o en parajes inhóspitos.