El 2017 empezó y ha comenzado aún más complicado de lo que se esperaba: el ‘gasolinazo’, los cambios en el gabinete, los saqueos, el vandalismo, la indignación social y sobretodo el hartazgo ante la corrupción, son temas que no han dejado indiferente a nadie. Es difícil no sentir enojo, frustración e incluso vergüenza ante dichos sucesos.
Es como si una racha de acontecimientos desafortunados hubiera decidido ceñirse sobre nuestro país: corrupción, volatilidad e incertidumbre financiera y para por si esto fuera poco, Donald Trump trabajando a marchas forzadas para materializar lo antes posible las amenazas que hiciera en campaña contra México, todo esto incluso antes de tomar posesión como presidente de Estados Unidos.
No es menor el daño que causará el retiro de del sector automotriz en cuanto a, generación de empleos e impacto en la cadena de valor. Tampoco es menor el daño que han generado estas medidas en términos de percepción y de la construcción de la imagen de México.
Pero ya sabíamos que este año se vendría complicado y, como lo señalé, hace algunas entradas, requerimos más que nunca de toda nuestra inspiración, nuestro trabajo, esfuerzo y esperanza para enfrentar los retos con los que nos recibe el año y aquellos que seguramente estarán por venir en los próximos meses.
Es por eso que hoy quiero hacer alusión a la apuesta de la industria cervecera por México. En los últimos años hemos anunciado en nuestro país por más de 47 mil millones de pesos; se encuentran diversas plantas en construcción con tecnología de punta en entidades del país como Yucatán y Chihuahua; los cerveceros artesanales apuestan todos los días por México, poniendo por delante su creatividad y capacidad de innovación cervecera por la realización de las mejores cervezas artesanales a nivel mundial.
La industria cervecera en México genera más de 55 mil empleos y 2 millones de empleos indirectos. La producción de cerveza tiene un impacto en toda una cadena de valor que va desde el agricultor hasta el transportista, desde el comercializador hasta el trabajador en la planta, desde el maestro cervecero hasta el dependiente o vendedor de una tienda de conveniencia y/o autoservicio.
En este año que comienza convulso, yo quiero pedirles una cosa sencilla: no dejemos de apostar por México. La apuesta de la industria cervecera no es una apuesta nueva, es una apuesta de décadas. Gracias a México hemos crecido y nos hemos consolidado como una industria sana, solvente y creciente con una posición a nivel global. La industria cervecera no ha dejado de apostar por este país y los resultados están a la vista: somos el primer país de cerveza nivel mundial y el cuarto país productor de cerveza en el mundo con una producción en 2015 de 97 millones de hectolitros. Las recientes inversiones en nuevas plantas de la industria en México, van más allá de los números y las estadísticas, son señales claras delarraigo, el compromiso y la confianza que los Cerveceros de México tenemos por nuestro país.
