Ante el desenlace de las negociaciones del TLCAN este fin de semana, México debe voltear a China y fortalecer los lazos a través de la vía económica de “La franja y la ruta”, señaló el director del Centro de Ética de Negocios de la Universidad Internacional de Negocios y Economía, Liu Baocheng.
Explicó que unirse a la iniciativa china de “La franja y la ruta”permitirá también a Mexico expandir la cooperación en materia de innovación tecnológica y generar de manera bilateral proyectos de infraestructura, e impulsar la cooperación en el sector de servicios como hotelería y turismo.
Además de que se facilitará el obtener préstamos monetarios de China, y aprovechar la capacitación y becas que ofrece el país asiático a funcionarios de gobiernos, profesionistas y estudiantes en diferentes áreas.
A decir del experto, el TLCAN continuará de una u otra manera, lo que seguirá abriendo la puerta a los inversionistas para realizar negocios con Estados Unidos, evitando la guerra comercial que la administración de Donald Trump ha declarado en otras naciones.
“El aumento de la entrada de Inversión Extranjera Directa, desde fines del año pasado a México, se debe en general al temor a una prolongada guerra comercial librada por la administración de Trump con el mundo”, anotó.
Comentó que la suposición que hay detrás de estas inversiones, es que Estados Unidos no desbaratará por completo el TLCAN, ni cerrará su mercado con su vecino, a pesar de su insistencia de mejores términos”.
Baocheng dijo que “en el peor de los casos”, si se mutila el acuerdo, las empresas estadounidenses localizadas en México, que representan más del 40 por ciento de la inversión extranjera directa, les seria menos costoso seguir con sus negocios dentro del territorio mexicano que en otro país.
Aunque es elemental el mantener el TLCAN, apuntó que Mexico no debe ser muy “complaciente” con su vecino del norte, de otra manera el avance en la cadena de valor será nulo y “continuará sufriendo de vulnerabilidad en el equilibrio de la negociación”.
Indicó que se debe demandar un flujo más libre de bienes industriales con precios competitivos, eliminar la explotación de los trabajadores en las naciones, y no descuidar el tema del medio ambiente.
El director del Centro de Ética de Negocios de la Universidad Internacional de Negocios y Economía señaló que en el caso de Canadá, la posibilidad de “divorciarse” es mínima, y el congreso de Estados Unidos no lo permitiría, ya que ha “disfrutando de superávit comercial con su vecino del norte”.