El arancel de 35% que ha prometido Donald Trump a las exportaciones mexicanas y las de empresas que salgan de Estados Unidos para instalarse en otros países ha acaparado los titulares, pero existe una propuesta impositiva de los legisladores del Partido Republicano, al margen del Tratado de Libre Comercio, que también afectaría a México.
Se trata de una iniciativa para cambiar el sistema de impuestos en Estados Unidos conocido como “border adjustment tax” y que implica que las compañías no puedan deducir el costo de los bienes que importan y que los ingresos por sus exportaciones estén libres de impuestos.
Los republicanos, que dominan el Congreso estadounidense, aseguraron en junio de 2016 que el plan eliminaría los incentivos que creó el actual sistema de impuestos para mover las operaciones de las empresas a otros países. Justo una estrategia de negocios que ha provocado críticas de Trump a empresas como Ford y General Motors.
La medida afectaría los bienes importados desde todos los países, aunque México, que envía el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, estaría entre los mayores afectados.
“El impuesto actuaría esencialmente como un arancel sobre los bienes importados, lo que obviamente afectaría la demanda por la producción mexicana”, dijo a Expansión Neil Shearing, economista de mercados emergentes de la firma británica Capital Economics.
“La extensión de lo que suceda dependerá de una multitud de factores, incluyendo la respuesta de las firmas estadounidenses”, agregó.
El cambio al sistema de impuestos tendría ganadores y perdedores, de acuerdo con Edward Alden, especialista del Council of Foreign Relations, un centro de investigación con sede en Estados Unidos.
“El tema es quién va a salir dañado en Estados Unidos, la primera respuesta es, las grandes cadenas minoristas en el país que dependen de importaciones”, dijo el especialista en entrevista con Expansión.
En contraste, los ganadores serían los exportadores de manufacturas de Estados Unidos.
El tema ya generó una respuesta del sector minorista, en particular de la National Retail Federation (NRF), que agrupa a cadenas como Macy’s y Brooks Brothers.
“NRF seguirá educando al Congreso sobre cómo el libre comercio permite ofrecer a los consumidores productos que necesitan a precios que pueden pagar, y que las importaciones también representan una parte importante de los materiales que utilizan las manufacturas”, dijo la organización en un comunicado al cierre del año pasado.
Los analistas esperan una fuerte resistencia de este sector en particular, que es uno de los mayores importadores y tiene un fuerte cabildeo en el Congreso estadounidense.
Aunque el equipo de Trump no ha tomado una decisión sobre adoptar esta idea, uno de sus asesores la vio con buenos ojos . “Vas a tener impuestos a las importaciones y no los vas a tener a lo que se exporta. Entonces, vamos a reducir el déficit y a tener más compañías aquí”, dijo a Reuters Stephen Moore, asesor de Trump.