En un momento en que la economía mundial se estaba recuperando de la contracción inducida por la pandemia de Covid-19 y sus afectaciones en las cadenas de suministro, en la oferta y en la logística, existen una serie de factores internos y externos que han provocado un aumento en los precios de los alimentos. Desde el año pasado la inflación comenzó a aumentar incidiendo en el alza de los precios de energéticos, de los fletes marítimos, de los fertilizantes y de los commodities agropecuarios, a lo que se ha sumado el conflicto entre Rusia y Ucrania que está generando muchas presiones al alza.
En México, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de los alimentos, bebidas y tabaco en 2021 fue de 8.11% y para los productos agropecuarios de 15.78%, manteniéndose por arriba del índice general (7.36%), especialmente esta última, que en los primeros meses del presente año sigue teniendo crecimientos de dos dígitos (16.17% en febrero).
El INPC de la Canasta de Consumo Mínimo que da seguimiento a las variaciones de los precios de 176 productos y servicios contenidos en las Canastas Alimentarias del Coneval también muestra un crecimiento importante del 7.86% en febrero del 2022 frente a uno del 4.55% en 2021, es decir de casi el doble.
En cuanto los precios pagados a los productores, de acuerdo con el Inegi, el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) registró una inflación del 9.83% al mes de febrero del 2022 versus el mismo mes del 2021. Para las Actividades Primarias fue de 15.12%, para la Industria Alimentaria del 13.34% y para la Industria de Bebidas y Tabaco fue del 6.18%.
En general, los niveles de inflación registrados se ubican muy por encima de la meta del Banco de México que es del 3%, +/- 1%, y en el caso del sector agroalimentario, este comportamiento es todavía más notable.
El fenómeno inflacionario que se registra actualmente en el sector agroalimentario está vinculado a diversos factores externos con los que nuestro país está vinculado por tratarse de una economía de libre mercado, y que impactan directamente sobre los precios locales; a continuación, se detallan estos factores, al igual que algunos de naturaleza interna que han impactado en los mercados agroalimentarios de nuestro país:
Commodities agropecuarios
De acuerdo con el Índice de Precios de la FAO el precio promedio de los alimentos en diciembre de 2021 fue un 23.1% mayor al 2020, yendo desde un aumento del 17.1% en los cárnicos hasta uno del 36.1% en los aceites vegetales.
A febrero del presente año, los precios de los alimentos registraron un incremento mensual del 3.7% (versus enero 2022), mientras que comparado con diciembre de 2021 el aumento fue de 5.0%. En esta misma comparación, destaca el alza del 13% en el precio de los aceites vegetales y del 9.4% en los lácteos.
Considerando que México es un gran importador mundial de productos básicos (ejem. granos, oleaginosas, cárnicos y lácteos) y con una tendencia creciente en los volúmenes comprados en el exterior, lo que suceda con los precios internacionales de los commodities impacta directamente en los precios de los alimentos en nuestro país.
Por su parte, el incremento en los precios internacionales de los granos forrajeros y oleaginosas, como principal insumo en la producción pecuaria, también está impactando en los costos de producción, lo que a su vez está incidiendo en los precios de los productos pecuarios.
Petróleo
En 2021, de acuerdo con el Banco Mundial, el precio promedio del petróleo tipo Brent llegó hasta los 70.5 dólares/barril, un 66.6% más que en 2020 (42.3 dólares/barril), mientras que el precio de febrero el presente año es 37.3% superior al correspondiente del 2021.
En cuanto a los futuros del petróleo, estos han estado volátiles desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y se cotizan hasta en 113 (dólares/barril) para mayo (al 30 de marzo).
Gas natural
En 2021 el gas natural de Estados Unidos promedió un precio de 3.85 dólares por millón de unidades térmicas británicas (mmbtu), un 91.5% mayor comparado con los 2.01 dólares/mmbtu de 2020, mientras que su precio de febrero del presente año representa un incremento del 21.04% en comparación con el promedio en 2021.
Los futuros del gas con entrega para el mes de mayo de 2022 se ubican en 5.61 dólares/mmbtu (al 30 de marzo), mostrando mayores presiones al alza.
Fertilizantes
En 2021, el precio mundial de los fertilizantes tuvo un fuerte incremento por cuestiones relacionadas al comportamiento de los energéticos (ejem: gas natural, insumo básico para la producción de fertilizantes a base de nitrógeno), así como a la logística por mayores costos de fletes internacionales y retraso en envíos, mientras que el conflicto de Ucrania y Rusia hacen que las estimaciones apunten a mayores incrementos en 2022.
En 2021, los precios mundiales de los fertilizantes se incrementaron hasta en más del 100% a niveles no registrados desde la crisis financiera del 2008-09, mientras al mes de febrero de 2022 los precios siguen por arriba del promedio registrado el 2021 en un rango del 24 al 54% y continúan bajo presiones alcistas, luego de que Rusia, el primer productor de fertilizantes en el mundo y principal proveedor de este insumo para México, ha detenido sus fletes marinos, provocando una escasez en el mercado.
Alteraciones en logística
Las alteraciones en el transporte y distribución de mercancías es un problema que afecta por igual a las cadenas de suministro mundiales, que siguen viéndose gravemente afectadas por los acontecimientos de los últimos dos años a causa de la pandemia por Covid-19. Los costos de transporte, particularmente marítimo, se han disparado y, a diferencia del shock de oferta basado en el petróleo de la década de 1970, los shocks de oferta por la pandemia han sido más diversos e inciertos.
De entre los impactos que tuvo la pandemia en materia logística desde su aparición en 2019, fue la alta demanda de contenedores y buques portacontenedores. El Índice de carga de contenedores de los puertos de China y Shanghái, dos de los principales a nivel mundial, aumentó un 89.2 y 186.3%, respectivamente, en enero de 2021 versus el mismo mes de 2020 y aunque en lo que va de 2022, se muestra un descenso en los valores de carga, estos aun soy muy altos, de casi el doble, en comparación con los niveles registrados a inicios de 2021.
La alta demanda de contenedores también provocó que las tarifas de transporte se elevaran de manera importante; destacan aumentos desde China hasta un 886% en Europa de 567%, para el Sureste de Asia y de 507% para Latinoamérica.
Asimismo, la saturación de algunos puertos y prohibición de atraque de buques en otros llevo a que los tiempos de tránsito aumentaran de manera considerable. De acuerdo con un Índice de confiabilidad de tiempo de traslado en transporte marítimo para 34 empresas, de niveles del orden del 70-80%, este se redujo desde mediados de 2020 hasta llegar el 2021 a niveles cercanos al 30%, el nivel más bajo registrado en los últimos diez años.
Conflicto bélico
La invasión de Rusia a Ucrania está generando presiones en las cadenas de suministro mundiales. Una porción importante de granos, especialmente de trigo, maíz y cebada del mundo están detenidos en Rusia y Ucrania a causa de la guerra, mientras que una porción todavía mayor de los fertilizantes del mundo no se ha enviado desde el principal exportador mundial, Rusia. El resultado es que se están incrementando los precios de los alimentos, además de los fertilizantes en el mundo.
Rusia es un gran productor y exportador de gas natural y fertilizantes al aportar el 23% del amoniaco mundial, el 17% del potasio, el 14% de la urea y el 10% de los fosfatos, por lo que las interrupciones en el suministro podrían hacer que los precios se incrementen desde niveles que, de por sí, ya están muy elevados, afectando a países que dependen de las importaciones de este insumo, como lo es nuestro país que solo produce un 40% de sus requerimientos de fertilizantes, importando alrededor de cinco millones de toneladas, mientras Rusia es su principal proveedor con cerca del 30%.
Fenómenos climatológicos
Es importante no dejar de lado los efectos del cambio climático que cada vez son más recurrentes y evidentes: tormentas, ciclones, inundaciones, incendios, entre otros, que inciden de manera directa en las actividades del sector agroalimentario.
El fenómeno de “La Niña”, asociado con precipitaciones por debajo de lo normal, ha sido uno de los que más ha generado afectaciones en los rendimientos de la agricultura recientemente, principalmente en el Cono Sur en Argentina y Brasil, tanto en primavera como en verano, siendo estos países, grandes productores y exportadores de alimentos en el mundo.
La presencia del fenómeno de “La Niña”, también ha sido un hecho recurrente durante los últimos años en la región de Norteamérica, incluyendo a México y a Estados Unidos, lo que ha incidido en la productividad de los cultivos y por ende en la producción. El impacto de la sequía en la región de Norteamérica a partir del 2019 afectó también la disponibilidad de pastura, y en consecuencia al hato ganadero. Adicionalmente, este fenómeno impacta en los mercados proyectando alzas en los precios ante las expectativas de menores volúmenes de producción para los commodities.
El 2020 se registró una severa sequía en México, que todavía tuvo impactos importantes el primer semestre del 2021; en la medida que se normalizó la época de lluvias se fue atenuando este problema; no obstante, los pronósticos apuntan a que se presente el fenómeno de “La Niña” nuevamente el presente año y se asocia con un clima seco en el norte del país. Todo este contexto climatológico ha influido en primera instancia en la producción de granos básicos y de alimento para el ganado, como la alfalfa.
Estacionalidad en la producción
Adicionalmente a todos los factores anteriores, en el sector primario, que conforma el eslabón base de las cadenas productivas de los alimentos, se registra un fenómeno de estacionalidad de manera natural en la producción, esto se da particularmente en el caso de las frutas y hortalizas, e incide directamente en la disponibilidad y precios en el mercado interno.
Es así como, en México, el comportamiento alcista de los precios de frutas y hortalizas se debe principalmente a la estacionalidad, que en la mayor parte de los productos se observa anualmente, y que en ocasiones también se ven afectados por factores climáticos adversos que reducen los rendimientos y por ende la producción. Por lo anterior, la combinación de una época normal, de baja producción, con la presencia de problemas climatológicos se refleja en disponibilidades todavía menores de producto. Asimismo, existen temporadas del año en donde por cuestiones propias del consumo aumenta la demanda y esto también incide en los precios.
Por ejemplo, en el caso del limón, aunque este fruto se produce prácticamente todo el año, de acuerdo con la estacionalidad de la cosecha, en el último trimestre del año concluye su ciclo productivo, mientras que su época de menor producción es de enero a mayo (28% del total), lo que suele repercutir en los precios. Otra fruta, como el aguacate, que también se produce durante todo el año, está entrando a la época de menores volúmenes de cosecha correspondientes al segundo trimestre del año.
Adicionalmente, los productos hortícolas se ubican actualmente en la época del año de mayores volúmenes de exportación, referente a la cosecha del ciclo otoño-invierno de la región noroeste del país, factor que también genera presión al alza en los precios. Lo anterior, aunado al hecho de que los volúmenes de exportación de frutas y hortalizas han venido creciendo, genera menor disponibilidad de producto para el mercado interno, lo que también incide en una presión alcista en los precios.
La Inseguridad, otro factor
En algunas zonas del país el tema de la inseguridad también es un factor que tiene influencia en la producción, la logística y en los precios de algunos productos, se señala en algunos casos que existen abandonos de cultivos por temor a acciones que puedan atentar contra las personas o sus bienes, existen temas de extorsiones, de robos de mercancías que están afectando el flujo normal y aumentos en los costos de producción de algunas mercancías.
Emprendiendo acciones
En un momento en que la inflación y la guerra amenazan las cadenas de alimentos, la FAO ha recomendado que los países que dependen de las importaciones de alimentos deberían buscar proveedores alternativos para amortiguar los shocks, además de aprovechar los inventarios de alimentos existentes y diversificar su producción interna para garantizar el acceso de alimentos para la población.
El apoyo a los productores en este momento de coyuntura es crucial; se requieren políticas públicas eficaces que apoyen la productividad, creando condiciones que le permitan a los actores de las cadenas de suministro ser resilientes a este tipo de situaciones que vulneran su capacidad productiva.
Es necesario implementar programas de fomento productivo que incentiven las actividades y reduzcan los costos de producción; que amplíen el otorgamiento de financiamiento en mejores condiciones para los agricultores; apoyar y promover la mayor utilización de herramientas de administración de riesgos, y en general, generar las condiciones que les permitan tener una respuesta rápida y eficaz ante cualquier tipo de riesgo.
Es fundamental el realizar un análisis profundo entre el Gobierno y los Sectores productivos para implementar las acciones que sean necesarias, primero para garantizar el suministro y abasto en este caso de alimentos y por otro lado paliar los impactos de esta crisis inflacionaria a nivel internacional que también está afectando a nuestro País y a nuestra población.
Reflexión final
En un momento en que las cadenas de suministro de alimentos comenzaban a recuperarse de las alteraciones provocadas por la pandemia del Covid-19 y que nos habíamos jactado de que sus impactos en el abasto de alimentos habían sido menores, se gestó un incremento generalizado en la inflación a nivel mundial, resultado de aumentos en los precios de commodities y servicios básicos a nivel internacional, a lo que se han sumado presiones por el conflicto en Ucrania vinculado a alteraciones en la disponibilidad de grandes volúmenes de granos básicos y fertilizantes, lo que está provocando más incrementos en los precios de los alimentos.
Lo anterior vulnera todos los eslabones de la cadena productiva; ante lo cual es necesario formular respuestas de política que ayuden a sortear estos desafíos que ponen en riesgo la productividad y producción de los agricultores, mientras los consumidores se enfrentan a una menor disponibilidad de alimentos y a precios más altos.
Fuente:
Luis Fernando Haro-https://www.elsoldemexico.com.mx/finanzas/los-crecientes-retos-en-las-cadenas-de-suministro-de-los-alimentos-8139314.html