En las últimas semanas, un fenómeno de desaceleración de las principales economías ha puesto en perspectiva el escenario en el que se deberá desenvolver la México ante un posible reordenamiento de fuerzas entre China y Estados Unidos.
La desaceleración de China, país que había tenido un desempeño económico por encima de la media mundial, ha encendido las alarmas a nivel internacional, pues uno de los mercados más importantes del mundo se comienza a contraer: a finales del 2018 se dio a conocer que las exportaciones chinas sufrieron una caída inesperada, mismo comportamiento en las ventas anuales de autos, y, por supuesto, en tecnología, como en el caso de Apple, que reportó ventas mucho menores a las esperadas de sus iPhone en el país asiático.
Para Estados Unidos el escenario es similar, pues sus actividades económicas también presentan señales de debilitamiento, como lo ha señalado la OCDE, lo cual se suma a la decisión de la Fed de mantener sin aumento las tasas de interés, lo que sin duda ha provocado desconfianza en los inversionistas, pues esta decisión implicaría un reconocimiento velado de que la economía estadounidense no tendrá su mejor desempeño.
Esta situación ha provocado un debilitamiento del dólar, y por ende un fortalecimiento del peso, sin embargo, esta mejoría podría ser solo momentánea, pues Estados Unidos es el principal socio comercial de nuestro país, y una contracción de su economía podría afectar las exportaciones locales, además de la llegada de inversión. Este nerviosismo se ha visto reflejado en Wall Street y otras bolsas a lo largo del mundo, las cuales han presentado pérdidas importantes en sus operaciones.
En medio de esta turbulencia, dio inicio este martes 22 de enero el Foro Económico Mundial, con las notadas ausencias de los mandatarios de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, cada uno de ellos empantanados en los propios problemas locales. En la misma dinámica, el presidente Andrés Manuel López Obrador tampoco asistirá a este encuentro, el más importante en materia económica a nivel mundial, debido a la actual lucha que se mantiene en contra del robo de combustible.
Pese a esto, la guerra comercial que existe entre China y Estados Unidos no ha cesado y, de extenderse, es probable que China resulte vencedor. Por lo pronto, México continúa con un desempeñó estable pues la captación de inversiones a través de los bonos de gobierno ha mantenido un desempeño positivo en los primeros meses de la administración comandada por AMLO.
Ante la incertidumbre en las potencias mundiales, México podría convertirse en el refugio idóneo para la llegada de capitales extranjeros; esperemos a ver qué sucede en el mediano y corto plazo.
