México “se encuentra en emergencia alimentaria” pese a que el gobierno del presidente Felipe Calderón lo niegue, declararon hoy dirigentes de organizaciones campesinas opositoras, mientras un vocero oficial sostuvo que la soberanía alimentaria “no está en riesgo”.
En dos meses los precios de semillas y agroquímicos subieron 30%; hay presiones para que se incremente el de la tortilla ante las altas cotizaciones internacionales del maíz, y el jitomate elevó su costo en 100% el kilo en menos de un mes, analizó Rafael Galindo, dirigente de la Central Campesina Independiente.
“Estamos frente a una emergencia en la producción de alimentos y el gobierno lo niega”, sentenció el dirigente campesino luego de que agrupaciones de labriegos y el ministerio de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación confrontaron el fin de semana, al analizar el panorama de la producción de comestibles en el país.
Los jornaleros sostienen que en menos de una década las importaciones de granos y oleaginosas aumentaron más de la mitad, mientras el gobierno niega que haya dependencia alimentaria, pues sólo destina 7,2% de sus ingresos para adquirirlos en el exterior.
Los campesinos sostienen que en dos meses 65% de los 27 millones de habitantes de las zonas rurales cayeron en pobreza alimentaria, con ingresos menores a dos dólares diarios.