Con el propósito de comprender la riqueza de las relaciones de la región de Norteamérica, vale mucho la pena entender el peso de las relaciones entre México y Canadá.
Los vínculos entre ambos países son longevos y obedecen a dinámicas propias de dos países fuertemente interconectados, tanto a nivel bilateral como regional.
La proyección internacional de México y Canadá nos conecta a dos bloques comerciales fundamentales a nivel global. Por un lado, ambos formamos parte del T-MEC.
Por otro lado, México y Canadá son miembros del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que vincula a once países de la Cuenca del Pacífico, desde Chile hasta Singapur pasando por Japón y Perú.
La defensa del multilateralismo es otra causa internacional compartida de nuestras visiones diplomáticas que también son complementarias: México es una puerta de entrada natural para América Latina, mientras que Canadá nos permite tener mejor acceso a los grupos de la Commonwealth y de la OTAN, por ejemplo.
El comercio con Canadá es muy relevante para la economía de nuestro país.
El mercado canadiense es sumamente significativo para nuestras exportaciones, por encima de cualquier país europeo o asiático y sólo por detrás de Estados Unidos.
Los flujos comerciales totales entre México y Canadá se han multiplicado en 782% desde la entrada en vigor del TLCAN, según datos del Banco de México y del Inegi.
Para dimensionarlo más claramente: las exportaciones mexicanas que llegan a Canadá superan las que llegan a toda América Latina.
En materia de inversión extranjera observamos un patrón muy similar: la inyección de capital canadiense en el 2020 superó en magnitud a la de todos los demás países, salvo Estados Unidos.
México tiene seis representaciones en Canadá: los consulados en Vancouver, Leamington, Calgary, Toronto y Montreal, además de nuestra embajada en Ottawa. Fuera de EU, México no tiene una red diplomático-consular tan extensa en ningún otro país del mundo.
El rango de la agenda es amplio, desde la cooperación cultural con el mundo francófono en Montreal, hasta la protección de los derechos de las personas trabajadoras en Leamington.
Como lo muestra la reunión anual de la Alianza México-Canadá, nuestra cooperación pasa por ocho ejes: agronegocios; bosques; comercio, inversión e innovación; cultura y creatividad; energía; medio ambiente; capital humano y minería.
La evolución de la agenda también es clara. Actualmente, destacaría tres áreas clave para la cooperación entre ambos países.
En primer lugar, está el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (PTAT). Si bien se trata de un acuerdo cuyo origen se remonta a 1974, es un programa ejemplar, pues demuestra la posibilidad de gestionar flujos migratorios ordenados, seguros y regulares que benefician al mercado laboral canadiense y también a nuestros connacionales.
El contrato laboral estipula un alojamiento adecuado, jornadas de ocho horas y un seguro médico —condiciones que son verificadas periódicamente por nuestros funcionarios consulares.
Además, en la última reunión anual, incluimos compromisos para la protección de nuestros connacionales frente a la pandemia.
Vale la pena también enfatizar que avanzamos de manera conjunta en dos temas de particular importancia para ambos países: la igualdad de género y el fortalecimiento de la agenda de jóvenes.
En materia de equidad de género, avanzamos en la política exterior feminista que ambos países hemos suscrito, particularmente a través del Compromiso de Género firmado por nuestras representaciones diplomáticas el año pasado.
Por otro lado, México y Canadá impulsamos la participación de la juventud en la construcción de la agenda bilateral, mediante el programa piloto Can-Mex Lab. Como reflejan estos proyectos comunes, ambos gobiernos compartimos la visión en defensa de la pluralidad, la igualdad y la inclusión.
Por último, aunque no menos importante, vale la pena subrayar la importancia de afianzar nuestra cooperación norteamericana.
Por ejemplo, es indispensable aprovechar las oportunidades que brinda el T-MEC para impulsar una recuperación económica igualitaria, así como seguir construyendo alternativas para hacer frente de manera conjunta a los estragos del covid-19.
México y Canadá podemos aprovechar la complementariedad de nuestras economías y los valores compartidos. Si bien los retos por venir serán de gran complejidad, los resultados de las últimas décadas son alentadores.
Fuente:
Roberto Velazco Alvarez-https://m.excelsior.com.mx/opinion/roberto-velasco-alvarez/mexico-y-canada-la-evolucion-de-una-relacion-cada-vez-mas-compleja