“Vamos a ser muy responsables en las proyecciones para evitar que no se cumpla; que se proyecte bajo nuestros escenarios para poder tener certidumbre de todo lo que estamos logrando”, señaló Treviño Medina, la cabeza de la Empresa Productiva del Estado.
Parte de los beneficios que la petrolera nacional ha conseguido derivados de la autonomía que le concedió la Reforma Energética, fue la posibilidad de decidir sobre la explotación de Ixachi, el último descubrimiento de Pemex anunciado a finales del año pasado, y que en 2017 fue el séptimo campo descubierto más grande del mundo.
El futuro del TLCAN
En cuanto a la perspectiva de la renegociación del TLCAN, expertos coincidieron durante la mesa “TLCAN, Energía y Comercio de Energía en América del Norte”, en que es imprescindible que se incorpore un capítulo en el que se queden claros los mecanismos de resolución de controversias, que ayudaría a elevar la certidumbre en la industria petrolera, principalmente.
María Regina García Cuéllar, miembro del equipo negociador, describió que es necesario un mecanismo eficiente de resolución de disputas (ISDS, por sus siglas en inglés), “para los inversionistas se sientan protegidos”, dijo y agregó que, “va a ser muy importante que, al sector energético, que está sumamente integrado, se le den garantías de continuar con o sin TLCAN”, puntualizó ante la elevada posibilidad de que la renegociación no consiga resultados satisfactorios.
Al respecto, David Goldwyn, presidente de Goldwyn Global Strategies, advirtió que si México y Canadá no pueden hacer las concesiones que pide Estados Unidos en materia de reglas de origen en productos automotrices y mineros, simplemente no habrá acuerdo. “Sí Estados Unidos está dispuesto a dejar el Tratado y a negociar acuerdos bilaterales con cada uno de los dos países, seguramente, entre estos, entraría el sector energético”, comentó el estratega de Goldwyn.
Guy Caruso, asesor del Centro de Estrategia y Estudios Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), anticipó que el escenario más seguro es que la negociación se extienda hasta 2019 con motivo de las elecciones presidenciales en México, así como las elecciones intermedias de Estados Unidos. “Nos gustaría un tratado modernizado para tener mecanismo de resolución de controversias, lo cual estimularía las inversiones”, señaló.