Este martes se cumplen 12 días desde que se dejó de aplicar la salvaguarda a la importación de acero con países con los que México no tiene tratados comerciales, pese a que la Canacero pidió al Gobierno mantener la medida, pues podría impactar a una industria de por sí dañada por el arancel de 25 por ciento que desde junio pasado fijó Estados Unidos a los productos de origen ‘azteca’ que llegan a ese país.
Debido a la barrera impuesta por Donald Trump, siderúrgicas con operaciones en México redujeron sus exportaciones al mercado estadounidense, mientras que las importaciones provenientes de la Unión Americana se dispararon.
Entre junio y noviembre de 2018, la entrada a México de productos de fundición de hierro y acero y sus manufacturas provenientes de Estados Unidos alcanzó las 38.8 millones de toneladas, 8 veces más respecto a las 4.3 millones registradas en igual lapso de un año antes, según datos del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) de la Secretaría de Economía (SE).
Las casi 39 millones de toneladas significan cerca de 90 por ciento de las importaciones totales que se hacen desde México, mientras las exportaciones mexicanas a esa nación sumaron 4.8 millones de toneladas.
La mayor entrada de productos de hierro provenientes de la Unión Americana, provocó que la producción de algunas manufacturas de aceros básicos –como laminados y planchón en México– bajara 5.3 por ciento, según datos del INEGI.
Al respecto, la Canacero explicó que la administración anterior no aplicó una medida espejo de arancel igual a la que impuso Estados Unidos a los productos nacionales.
“No fue una medida espejo a lo que nos impuso Estados Unidos en la sección 232, se escogieron solo 50 fracciones del acero de las 400 que tenemos en productos terminados y las demás son otros productos no siderúrgicos. La medida no detuvo las importaciones porque además de que solo se escogieron esas 50 fracciones, no se incluyeron las importaciones temporales y se les mantuvieron vigentes esquemas de excepción”, dijo la Cámara. Según la Canacero, la industria opera actualmente a 70 por ciento de su capacidad y ha sido afectada por competencia que enfrenta con las importaciones de acero.
Francisco Orduña, vocero de Altos Hornos de México (AHMSA), dijo que es necesaria una política arancelaria especializada en el sector acero de largo plazo, que no solo detenga la importación de países con los que México no tenga tratado comercial, sino que también regule el intercambio con Estados Unidos.
“Desde que inició la medida –el arancel de 25 por ciento impuesto por Estados Unidos al acero que se envía de México a la Unión Americana–, las exportaciones de acero a Estados Unidos bajaron 40 por ciento, mientras que las importaciones de Estados Unidos a México siguen creciendo, eso es injusto y quita competencia”,refirió.
La Concamin indicó que México no representa en ningún sentido una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, a contrapelo del argumento de los vecinos del norte cuyo presidente, Donald Trump, impuso aranceles al acero azteca’, por lo que se requiere una respuesta del gobierno actual.
Salvaguarda limitó entrada de metal chino
Desde hace 3 años, cuando la SE fijó un arancel especial y temporal de 15 por ciento a las importaciones siderúrgicas de países con los que México no tiene tratados comerciales –mismo que caducó el 1 de febrero de 2019 y que la dependencia aseguró que no renovará–, la entrada del material proveniente de China se redujo en 62.1 por ciento.
Entre enero y noviembre de 2018 se importaron del país asiático 319.9 mil toneladas de fundiciones de hierro y acero, una reducción de 17.4 por ciento frente a lo registrado en igual periodo de un año antes, según información de la SE. Esta cantidad es muy inferior a las 844.9 mil toneladas de acero que ingresaron en los primeros 11 meses de 2015, año previo a la aplicación de la salvaguarda y que fue cuando la industria vivió una de sus peores crisis.
Por ese motivo, Alonso Ancira, presidente del consejo de administración de AHMSA, pidió establecer una salvaguarda de 25 por ciento frente a todos los países con lo que México no tiene tratados comerciales, incluso ante Estados Unidos.
Ancira expresó que el arancel debe comprender toda la gama de productos y no solamente una parte, como ocurrió con el gravamen temporal, cuya vigencia culminó el pasado 1 de febrero.
“El 15 por ciento que estableció en ese momento la Secretaría de Economía resultó tibio frente a la magnitud del problema que se vivía, pero la situación se agravó con la salvaguarda de 25 por ciento que estableció Estados Unidos para los productos mexicanos, sin respuesta equivalente de nuestra parte”, dijo.