A finales de mes se tiene programado la firma del T-MEC, la versión 2.0 del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), con el pendiente de los aranceles al acero y aluminio, que de mantenerse sientan un precedente negativo para el resto de los sectores económicos de México, señaló el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
En el documento: La Medida 232 contra la industria siderúrgica: ¿una herencia perversa para la próxima administración?. se mencionó que la administración Trump protegió la intereses del sector siderúrgico que solicitó el ex CEO de Nucor, Daniel DiMicco, la empresa más grande la unión americana.
El Tratado de México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC) está próximo a firmarse en un par de semanas, es decir, finales de Noviembre, pero la medida de aranceles del 25 y 10 por ciento al acero y aluminio sigue vigente para México.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que dirige Luis Videgaray Caso dice que se trabaja a paso forzado para eliminar este óxido que contamina la relación comercial entre los tres países de América del Norte.
En la Secretaría de Economía, su titular, Ildefonso Guajardo Villarreal ha mencionado que sería muy raro firmar el T-MEC con los aranceles en contra de las exportaciones de México a Estados Unidos en acero y aluminio.
El IDIC afirmó que ante la falta de una solución al conflicto de la 232 México debe evaluar la aplicación de medidas espejo para este sector, para no sacrificar el desarrollo de los mercados afectados por las medidas de la administración Trump en México.
“De hecho, al igual que cuando Estados Unidos amagó con imponer aranceles a las exportaciones de México, la mayor proporción del efecto final de las medidas espejo se trasladaría a aquel país: la razón se encuentra en que las Cadenas Globales de Valor importadoras de acero norteamericano establecidas en México, particularmente en aceros especiales, seguirán comprando dicho insumo y exportando sus bienes a Estados Unidos, tienen un comportamiento inelástico, en realidad dependen de la demanda de los consumidores norteamericanos”.
El IDIC consideró que es prioritario que México evite incurrir en los errores del pasado: sacrificar sectores productivos, es una estrategia errónea que cobra la factura en forma de menor crecimiento y bienestar.
Explicó que los aranceles sobre las importaciones de whiskey, arándanos, quesos, paletas y piernas de cerdo, embutidos, manzanas no funcionaron por el subsidio que otorgó el gobierno de Estados Unidos de 12 mil millones de dólares a los sectores afectados por las medidas adoptadas en México.
Bajo esta panorámica, y escasos días para que se firme el T-MEC, se debería tener resuelto el aspecto del acero y aluminio, porque de lo contrario, “se abre la puerta para la discrecionalidad futura sobre otros sectores productivo de la economía mexicana”, advirtió el IDIC.
