Los estudios, realizados en colaboración con los responsables de la terminal, los prácticos del puerto, los operadores de remolcadores y la naviera Maersk Line, consistieron en la planificación y análisis de una nueva estrategia de maniobra alternativa que permitiera el acceso de los buques neo-Panamax –de 367 metros de eslora total, 48 de manga y con capacidad para 13.500 TEUs– a la terminal.
Como resultado de estos esfuerzos, se ha diseñado una estrategia consistente en acceder a la terminal ciando (marcha atrás) tras revirar en el exterior del canal. Esta es una maniobra que nunca antes se había llevado a cabo en estas instalaciones, aunque sí se realiza en otros puertos como Bahía Blanca (Argentina) o Hamburgo (Alemania).
Posteriormente, se realizaron diversas jornadas de simulación destinadas a obtener un detallado conocimiento de este tipo de buques y de la nueva maniobra, con el objetivo principal de garantizar la seguridad, cuyo éxito se confirmó con la entrada del MAERSK EDINBURGH a la terminal.