Un grupo de empresas textiles está “preocupado” por el futuro de su negocio, luego que Brasil intensificó su política proteccionista antidumping. Hay demoras en las licencias y en 4 firmas el gobierno de Dilma Rousseff ordenó una investigación.
La cámara que aglomera a los fabricantes textiles de ropa de cama, mesa y baño (Cameba) concurrió el lunes a la comisión de Industrias de Diputados para denunciar las trabas comerciales que sufren unas 13 empresas que exportan a Brasil.
A tal punto llega esto que, según un informe que presentó esta gremial, en los últimos dos meses siete fábricas despidieron a 127 personas y enviaron al seguro de paro a otras 130.
El gobierno brasileño tomó recaudos ante la sospecha de que se estuviesen realizando prácticas de dumping -vender en otro mercado un producto a un valor menor al del país de origen- en el sector basadas en materia prima china. Por ello, el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil intimó a cuatro empresas uruguayas a que respondan un cuestionario de 150 páginas. Específicamente, el gobierno brasileño sospecha que sus exportaciones violan las disposiciones vigentes antidumping de frazadas sintéticas de pelo largo con origen en China. Hoy, a esta mercadería de procedencia china, Brasil le aplica una tasa de US$ 5,2 por kilo, unos US$ 10,4 adicionales para una frazada de 2 kg.
El presidente de Cameba y titular de una de las empresas investigadas (Xumir), Fernando Yannuzzi, dijo ayer a El País que el cuestionario que envió Brasil es “bastante complejo y largo” al punto que se vio obligado a contratar un contador externo para que lo respondiera. De todos modos, las empresas no pudieron elevar toda la información solicitada en el plazo establecido de 20 días. Por este motivo, ahora Brasil tendría la potestad de aplicar su decreto antidumping para las ventas de estas empresas que harían inviable el negocio de exportación de frazadas.
Las autoridades brasileñas tomaron los recaudos porque el volumen de frazadas que ingresaba a su país iba en ascenso. Las firmas uruguayas compran los tejidos en China, lo incluyen bajo el régimen de admisión temporaria del Mercosur, y luego exportan la mercadería a Brasil industrializada.
“Esta transformación industrial está comprendida dentro del régimen de complementación económica del Mercosur”, afirmó Yannuzzi.
Otra de las firmas afectadas es la textil de Florida Grultex que se inauguró en abril de este año. La firma depende 100% de Brasil y se vio obligada a alquilar un depósito para guardar las frazadas que no puede colocar en este mercado, informó a El País su director José López.
Por otro lado, Yannuzzi comentó que toda estas trabas están “desalentando” las compras de los importadores porque las autoridades brasileñas pueden demorar en la frontera tres o cuatro meses los camiones para verificar el origen de las frazadas. Informó que ninguna de las nueve empresas de este rubro se anima a comprar telas para la nueva temporada “por la incertidumbre” que generan estas trabas. “Si no se soluciona este tema en el corto plazo, las empresas no van a tener más remedio que enviar más personal al seguro de paro o incluso el despido”, advirtió Yannuzzi.
A esta traba, se suma una adicional denominada “Panos Quentes” en la cual Brasil exige a todos los productos de origen textil una licencia de importación que se está demorando más de la cuenta. Hasta la semana pasada, había unos 70 contenedores de frazadas detenidos en Aduanas a la espera de esta habilitación.
El presidente de Cameba criticó al Ejecutivo por no negociar ni plantear -cuando se levantaron las trabas a las automotrices- el tema textil.
El director Nacional de Industrias, Sebastián Torres, dijo a El País que se hizo una gestión por este tema en una bilateral comercial con Brasil hace un mes, y éste pidió tiempo para dar una respuesta.
El ministro de Industria, Roberto Kreimerman, concurría hoy al Parlamento a explicar el estado de situación del comercio con Argentina y Brasil. El diputado nacionalista, Álvaro Delgado, dijo ayer a El País que “llama mucho la atención que las autoridades brasileñas soliciten información de forma directa a empresas uruguayas”.
Agregó que el hecho “más grave” es que Brasil cuestione el origen de los certificados industriales que dan algunas entidades como la Cámara de Industrias. Para Delgado, hay que apelar a tribunales dentro del Mercosur.
Levantan restricciones a autos
Tal cual se habían comprometido las autoridades brasileñas -tras la visita de una misión oficial para destrabar las exportaciones de tres armadoras automotrices- Brasil publicó ayer una norma provisoria que específica que el incremento de 30 puntos porcentuales del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) “no se aplica a las importaciones de vehículos realizados al amparo de acuerdos internacionales que contemplan programas de integración específicos” como tienen Uruguay y Brasil.
El secretario ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz, Ramón Cattaneo, se mostró “satisfecho” con la medida. Dijo que esto confirmó que “existía voluntad política” para solucionar las trabas comerciales. A partir de ahora, los automóviles de las firmas Chery, Nordex y Effa que estaban en la frontera pueden ingresar al mercado brasileño sin pagar el incremento impositivo del IPI.
No obstante, la firma Effa no retomará la producción de automóviles en lo inmediato, según confirmó a El País el gerente general de esta automotriz, Andrés Antoniux.
El ejecutivo explicó que la firma tiene más de 2.000 unidades en stock producto de las trabas que aplicó Brasil a su empresa durante tres meses porque duda del componente de origen regional mínimo que debían contener los autos de la línea Lifan. Esta investigación aún no culminó.