A nivel Bajío, Guanajuato se posiciona como líder en la fabricación de este producto, desplazando a San Luis Potosí, Aguascalientes y Querétaro, contando con 33 unidades económicas, de acuerdo con el Directorio Nacional de Unidades Económicas.
Proveedurías como hebillas y herrajes, dejaron atrás el tiempo en que su única apuesta era la búsqueda de clientes en la industria del calzado; hoy, con una visión más global, ha logrado diversificarse hacia nuevos sectores, logrando entrar en industrias como la de muebles, la textil y la automotriz.
Abren nuevas oportunidades
El comercializar hebillas y herrajes puso en el camino de la fabricación a Jesús Segoviano, quien en 2001 dio el primer paso, al detectar que había necesidad de fabricantes.
Empezó a investigar qué necesitaba tecnológicamente y con una máquina se lanzó a emprender.
Hebillas y Herrajes Finos de León es una empresa familiar a la que le bastaron dos años para completar su proceso de fabricación, ya que al principio sólo maquilaban sin dar acabados a las piezas.
Actualmente se han convertido en proveedores de calzado, marroquinería, vestido y artículos promocionales.
En este último sector, la fábrica ha desarrollado llaveros de La Guarida de León, así como accesorios de sus vestidos.
“Le tenemos mucho cariño a la ciudad y al club, es una satisfacción ser sus proveedores”.
También han fabricado medallas para carreras locales, así como diversos diseños de llaveros, como los hechos para la exitosa franquicia mexicana Dristoller, conocida por su “Virgencita plis”.
Pese a su entrada a nuevos sectores, el calzado sigue siendo su cliente principal, con 70% de producción; seguido por la marroquinería, con un 25%.
Su línea de producción, desde hace cinco años, incorpora un departamento de diseño, lo que marcó pauta en el ramo.
La materia prima la adquieren el el País, aunque la maquinaria para sus procesos es italiana.
La empresa cuenta con 80 trabajadores, entre administradores, directores y operarios, los cuales realizan operaciones artesanales, entre ellas un acabado llamado galvánica, que en su mayoría realizan mujeres.
Desde hace un año y medio, Hebillas y Herrajes Finos de León exporta a Centroamérica, aunque antes enviaba de forma indirecta a través de clientes que hacían la manufactura de su producto en México, para después mandarlo a Estados Unidos y Europa.
Continúan evolución
Enfocados en prestar servicio al sector calzado, la empresa Rímini de México ha dedicado 25 años a fabricar hebillas y herrajes sólo este ramo.
Valter Colombo Valsecchi, gerente de la empresa, destacó la evolución de la moda en Guanajuato.
Sus productos, explica, están aplicados en casi todas las marcas de calzado locales, entre las que se incluye Flexi, Emyco, Andrea.
“Las fábricas más grandes de León son nuestros clientes”.
En su catálogo de modelos tienen 4 mil productos diferentes, entre modelos nuevos y anteriores. Los herrajes que producen terminan aplicados en botas, sandalias, y calzado de vestir de todos los tipos para la industria de calzado.
El volumen diario de producción que tienen es de 50 mil herrajes, en diversos modelos y tamaños.
Originalmente la planta su fundó en el año 1990, en la Ciudad de México. Después de tres años, vieron la necesidad de acercarse a sus clientes y tomaron la decisión de trasladar la planta a la ciudad de León.
La variedad de modelos se van renovando cada tres meses, siguiendo las novedades europeas en estos productos.
Rimini va desarrollando los diseños con las propuestas que importa.
Ante la competencia que se tiene en relación con los productos que se importan de Asia, Valter destacó que compite con calidad.
“La moda se dificulta porque algunas veces los modelos nuevos llegan a la par, hay que estar luchando para traer cosas nuevas, en Guanajuato hay mucha moda”.
Como marca exportan directamente a El Salvador, Guatemala y Estados Unidos, aunque la mayoría de sus clientes se compone de fabricas locales, que exportan a su vez a Estados Unidos, lo que constituye una exportación indirecta.
Una de las características que tiene su producto, es que cuentan con certificados libres de plomo en su producción, permitiendo realizar la exportación al mercado norteamericano. Esta certificación, debe ser renovada cada seis meses.
La materia prima con la que se desarrollan los productos, se importa desde Italia. Las hebillas se fabrican con la mezcla de 95% zinc con otros metales, para la elaboración se funde a 400 grados con lo que se puede manipular para dar la forma de los herrajes.
La planta cuenta con una grupo de 60 empleados, el directivo de origen italiano reconoce que una de las ventajas con las que cuenta su empresa en relación con los productos de importación es que pueden desarrollar hebillas personalizadas y surtir pedidos en dos semanas.
Van por automotriz
La empresa Tecnolínea inicia su camino para diversificar su producción, pasando del sector calzado a fabricar piezas para el automotriz.
Carlo Benedetti, director de Tecnolínea, destacó que abrieron en su planta una nueva línea de producción de acabados galvanizados, enfocada 100% a la industria automotriz.
En lo automotriz, pueden elaborar todas las piezas metálicas que no sean de fundición, como abrazaderas o bisagras de las puertas.
“El troquelado es de piezas chiquitas, todas las piezas que están adentro de una chapa de una puerta, las grapas para las vestiduras y resortes”, explicó.
Los suajes para desarrollar estas piezas los fabrican ellos mismos en su taller mecánico, esto les permite incursionar en el sector automotriz, pueden realizar el desarrollo del producto y el troquel.
Otra de las razones que les ha permitido la expansión, explica Carlo, es que tienen certificación ISO14000, norma de responsabilidad ambiental.
Estas certificaciones crean en la empresa una continuidad en el servicio, que es uno de los requisitos en el ramo. Para 2017, planean incursionar en la norma TS, que define los requisitos de calidad para la cadena de suministro de la industria automotriz.
Mantienen sus orígenes
Además de las piezas automotrices, fabrican troquelados para la industria del calzado.
La empresa produce troquelados para este ramo, que se utilizan en calzado, bolsas, blancos, y hasta en electrodomésticos.
“El troquelado va en todo lo que tenemos, bolsas, cintos, marroquinería, muebles, bisagras, chapas”.
Para el calzado, cuentan con 3 mil artículos diferentes, variando colores y tamaños.
En León se fabrica el 95% de lo que comercializan como empresa y el mercado nacional absorbe el 80% de su producción, el resto se exporta.
“Exportamos a casi todo el mundo: Asia, África, Europa, y América; de Canadá a Argentina”.