España está clasificado como punto de entrada hacia la Unión Europea sin embargo sufre de un gran problema logístico que es el transporte ferroviario.
En la madre patria solo se mueve el 4% del total de mercancías que se transportan por vía terrestre y que se convierte en un gran obstáculo logístico para exportadores que fijan su mirada en España. Tan solo el 5.2% del tráfico terrestre de los puertos peninsulares en el 2009 se transportaron en tren.
El gobierno español ha empezado a formar un plan estratégico para el sector y transformar a los puertos, principalmente el de Galicia y Santander como punto de llegada y distribución. Para destacar la importancia de los puertos mediterráneos, una zona donde se desarrolla el comercio principalmente de Asia y Norte de África.