El sector turístico en México ha crecido, no como debería y en estas circunstancias tiene una vez más la oportunidad de consolidar de una buena vez, el turismo a través de inversión pública y privada directa con infraestructuras indirectas como aeropuertos, terminales marítimas, carreteras, enlaces ferroviarios, capacitación para prestadores de servicios y diversificación de ofertas.
El país regresó al ranking de los primeros destinos turísticos mundiales en el Barómetro Internacional de la Organización Mundial de Turismo.
La inversión en eventos globales como la Fórmula Uno, partidos de la NFL o la NBA, expresan una intención de política pública moderna e incluyente, que no destaca sólo atractivos naturales sino también, organización, logística, solvencia en un destino confiable.
Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, imprime un acento financiero y social interesante, que busca sentar bases sólidas para nuevos negocios, incluyentes, para todos los niveles socio-demográficos, mejores opciones y precios para que más mexicanos puedan viajar y más visitantes lleguen al país.
La actividad asociada al turismo debe crecer y convertirse en los próximos 10-20 años en un motor económico consistente y confiable, robusto, que genere ingresos, utilidades sociales y comerciales.
En 2015, más de 32 millones de turistas visitaron México: dejaron una derrama diaria de cerca de 45 millones de dólares.
Ahora toca capitalizar una divisa local competitiva a nivel global, peso barato por las razones que sean, para el extranjero los costos son sumamente atractivos. Turistas nacionales cambiarán de destinos extranjeros a nacionales, los destinos de proximidad deben fortalecerse para recibir más visitantes locales, gastronomía, cultura, calidad y calidez son insumos que no demandan grandes inversiones.
Hacia 2018-2020, el Nuevo Aeropuerto Internacional romperá el cuello de botella que, desde hace tiempo, representa la actual terminal aérea, obsoleta, insuficiente, monumento a la falta de decisiones oportunas por eludir costos políticos, por ceder ante movimientos políticos cuyos impactos padecemos todos. Miopía pura.
Fueron patos parlantes los que en tiempos de Vicente Fox echaron abajo el proyecto, luego de los macheteros de San Salvador Atenco patrocinados.
Seguridad el otro factor No basta la infraestructura en todos los niveles para empujar la economía del turismo, también el tema de la seguridad es fundamental, punto de partida para que las alertas diplomáticas cesen, para que los mitos no se alimenten con notas sobre secuestros, robos, extorsiones y toda la miscelánea de ilegalidades y corrupción que hemos construido y consentido.
Ahí toca a autoridades de los tres órdenes de gobierno hacer las tareas pendientes, primero para los habitantes y por añadidura para los visitantes. De poco servirán aeropuertos, puertos, carreteras, túneles, puentes y trenes si los de adentro y afuera no nos sentimos seguros. Todo suma.
