viernes, abril 26, 2024
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Fuerte pero no invulnerable ante contexto global México

Como tal, México se encuentra menos expuesto que el resto de las economías latinoamericanas al contexto global actual de desaceleración de China, menores precios a las materias primas y relativa fortaleza de Estados Unidos. Sin embargo, el país no es invulnerable a la situación. Es probable que la economía continúe expandiéndose a un ritmo moderado de alrededor de 2.5% del PIB.

Debilidad en la manufactura de EU y competencia con China contendrá el crecimiento

Entre las desventajas de México se encuentra el que sus vínculos con Estados Unidos estén dominados por el sector manufacturero, el cual ha tenido un peor desempeño que el resto de la economía. Adicionalmente, mientras que México no tiene lazos fuertes directos con China, ambos países tiene una estructura de exportaciones similar, inclinadas hacia la electrónica liviana. Esto hace de China un competidor temible para la demanda global en general y para las importaciones de Estados Unidos en particular. La desaceleración de China también impacta a la demanda de los socios comerciales de México en Latinoamérica.

La depresión de los precios del petróleo afecta el crecimiento de México a través del canal fiscal

A pesar de que México ya no es un exportador neto de productos petroleros, los precios del petróleo impactan la actividad económica principalmente a través del canal fiscal. Las ganancias relacionadas con el petróleo representaban alrededor del 30% del ingreso presupuestado para 2014. La caída de los precios del petróleo desde 2014 ha inducido hacia cierta consolidación fiscal, con un ajuste proyectado del gasto programable de 0.7% del PIB en 2015 (relativo al presupuesto aprobado) y 0.5% en 2016 (en relación a 2015).

Crecimiento del consumo, a paso moderado

Representando casi el 70% del PIB, el crecimiento en el consumo privado es históricamente cercano al de la economía total, superándolo ligeramente durante las expansiones. Es probable que esto siga siendo el caso durante los próximos meses. El gasto del consumidor debería seguir apoyado por la creación moderada de empleo y el lento, pero positivo, crecimiento en los salarios reales, ayudados por una baja inflación.

Crecimiento de la inversión en México debería ser moderado, pero se mantendrá fuerte

La formación bruta de capital fijo en México históricamente ha crecido más rápido que el producto durante las expansiones. Esto probablemente seguirá siendo el caso, aunque con moderación desde los niveles actuales. Es probable que la inversión se mantenga apoyada por las bajas tasas reales y las sólidas perspectivas de crecimiento. La apreciación del tipo de cambio podría impactar algunos balances de corporativos, pero augura un buen futuro para el sector transable. La inversión pública, casi una quinta parte del total, probablemente se mantendrá como un lastre debido a la consolidación fiscal.

Exportaciones netas contribuirán al crecimiento

Es probable que las exportaciones netas sigan contribuyendo al crecimiento del PIB real de México. Aunque la debilidad en el sector manufacturero de Estados Unidos constituye un mal presagio para la demanda externa de México, es probable que el crecimiento en el volumen de exportaciones se mantenga apoyado por la creciente competitividad del peso en términos reales efectivos, el cual también probablemente limitará el crecimiento en las importaciones. En términos reales efectivos, la divisa mexicana se ha vuelto más barata, incluso más que en la crisis financiera de 2008-09.

Sostenibilidad externa no está amenazada por la deuda moderada

El balance de la cuenta corriente se mantiene en un déficit moderado de 2.2% del PIB, la mitad del cual está financiado por inversión neta directa. La relación de la deuda externa con respecto al PIB ha estado incrementando, aunque se mantiene en un nivel en general moderado de 25% del PIB. Las reservas internacionales, por sí solas, cubren dos terceras partes de esto. El perfil de madurez de los pasivos externos ha mejorado. La deuda de corto plazo representa únicamente 11% del total de la deuda al 30 de junio, y 19.5% del total de la deuda del sector corporativo.

México también sobresale entre el resto de América Latina por su baja inflación, la cual se encuentra en 2.5% y por debajo del objetivo de 3% del banco central. La tendencia subyacente no es tan beneficiosa como la inflación general lo sugiere, pero tampoco es alarmante. La inflación subyacente está en 2.4% interanual y 3.2% en términos anualizados ajustados a la estacionalidad de manera secuencial. Esto ya incluye la presión al alza de la sustancial depreciación de la moneda, al tiempo que es probable que la presión a la baja de una holgada actividad económica sea reflejada más adelante.

Los riesgos para la perspectiva de inflación parecen estar contenidos

A diferencia de muchas ocasiones en el pasado, la inflación no subyacente de México no esconde esqueletos. Los precios de los alimentos perecederos se mantienen cerca de la reciente tendencia multianual, sugiriendo riesgos balanceados para su trayectoria. El cambio hacia un mecanismo de ajuste de precios a los combustibles en México mayormente basado en el mercado a partir de 2016, plantea pequeños riesgos al alza porque los precios de la gasolina al consumidor en México están actualmente por encima de los de Estados Unidos. Los riesgos a medio plazo también están limitados dado que es probable que los precios internacionales de la energía se comercien dentro de un rango.

Política monetaria, dependiente de la Fed

La política monetaria está sesgada hacia las alzas en tasas de interés. En lugar de reflejar preocupación por las perspectivas de inflación, está impulsada por la ansiedad en torno a la estabilidad macroeconómica en general y la inestabilidad de la moneda en particular. Los indicadores fiscales y externos de México parecen lo suficientemente fuertes como para no requerir el uso de la política monetaria como una herramienta estabilizadora. Sin embargo, Banxico ha expresado un fuerte enfoque en el diferencial de la tasa de interés de México con la de Estados Unidos, y es probable que haga un movimiento en el momento en que la Reserva Federal lo realice.

Retos fiscales parecen ser manejables

El presupuesto para 2016 incluye una serie de recortes orientados a traer hacia el sector público financiamiento – la medida más completa y transparente del déficit público – hasta 3.5% del PIB, por debajo de la proyección de 4.5% en 2015. Esto sería consistente con el balance histórico – la medida más completa de la deuda pública – de 47.8%. El incremento en la relación de la deuda parece tener un resultado decente, considerando la caída de 38.3% interanual en los ingresos fiscales relacionados con el petróleo durante la primera mitad de 2015.

Al igual que el contexto global actual impacta menos a México de lo que lo hace con sus pares en América Latina, es probable que ejerza menos presiones de depreciación sobre su moneda, especialmente si Banxico cumple su promesa de seguir las acciones de la Reserva Federal. Aunque es poco probable que el tipo de cambio escape de la presión de un dólar más fuerte y a la menor participación de los mercados emergentes en los portafolios globales que se dé después del despegue de la Fed, el peso mexicano está bien posicionado para superar a sus pares.

 

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