jueves, abril 25, 2024
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Que sería de México sin la subordinación global

Y a pesar de que México tiene intereses de seguridad nacional en el viejo-nuevo equilibrio de poderes, la política exterior de México y su diplomacia parece más ajena que nunca. Y en esa crisis de la gestión de la geopolítica, el Senado también ha sido rebasado por la desidia y la incompetencia en el cumplimiento de sus funciones en la política exterior.

La lista de sucesos internacionales es lo suficientemente amplia como para esperar un mayor activismo mexicano:

–El fracaso de la política exterior y de defensa nacional de Obama en el medio oriente y en sus relaciones con Rusia y China.

–La disputa por las candidaturas presidenciales republicana y demócrata en E.U. estaría por decidirse en función de la seguridad nacional.
–La derrota del socialismo cubano y su búsqueda desesperada del apoyo de Washington ha roto el viejo equilibrio en Iberoamérica.
–La crisis de los sistemas políticos progresistas en Iberoamérica: Brasil, Venezuela, Argentina, Chile y Ecuador afectará la correlación de fuerzas políticas continentales.
–La crisis independentista de Cataluña en España.
–La consolidación de Vladimir Putin como el nuevo Breznev ruso.
–El colapso del crecimiento económico en el mundo, la precaria reactivación económica y la crisis que viene con el ajuste de las tasas de interés de E.U.

En este escenario, la diplomacia, la política exterior y la política de seguridad nacional externa de México carece de rumbo pero, sobre todo, de liderazgo y sentido político. Dos ejemplos contradictorios: buena la decisión de enviar al politólogo de enfoques estratégicos, Miguel Basáñez, a la embajada en Washington, pero persiste la falta de criterios geoestratégicos de la cancillería mexicana, e incomprensible usar el consulado de Barcelona en plena crisis independentista de Cataluña como exilio dorado de un controvertido político veracruzano como Fidel Herrera Beltrán.

La participación del Senado mexicano en la política exterior es nulo, sin sentido político. Los senadores están más preocupados por comprarle estampitas expiatorias al papa Francisco que, inclusive, enfocar el papel geopolítico del Estado Vaticano en la reconfiguración estadunidense del planeta, justo en la perspectiva conservadora de Washington con Obama.

El problema con la política exterior radica en esa configuración analítica de Henry Kissinger de la interrelación entre política interior-política exterior. México fue clave en la salvación de Cuba en el largo periodo 1960-1989 como para dejarle todo el dominio geopolítico del Caribe (la tercera frontera mexicana) a Washington. La visita de Raúl Castro a México esta semana será irrelevante ante la ausencia de una estrategia de seguridad nacional mexicana.

México estaría cometiendo el mismo error del presidente Carlos Salinas de Gortari cuando firmó el tratado de comercio libre, sin una perspectiva estratégica en su efecto en el mundo. Canadá pasa a un ciclo liberal con el nuevo primer ministro, pero México seguirá subordinado a los intereses globalizadores del dólar, aunque marginado de las grandes decisiones como si fuera –lo es– el pariente pobre.

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