El tratado contempla nuevas reglas de origen para la industria automotriz, que aumentan de manera escalonada a 75 por ciento el Valor de Contenido Regional (VCR) para vehículos y 70 por ciento para camiones y se agrega un cálculo para determinar el Valor de Contenido Laboral, que incluye el valor de materiales fabricados con salarios de 16 dólares por hora. “Ello implica que no sólo las armadoras, sino sus proveedores, considerarán hacer modificaciones en su cadena de suministro para alcanzar estas metas más altas”, señaló Rocío Mejía, socia líder de Global Trade e Impuestos Indirectos para México y Latinoamérica Norte de la consultora.
En material laboral, el T-MEC pugna por la observancia de estándares laborales contenidos en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tales como respetar la libertad sindical y negociación colectiva, así como erradicar la precarización laboral. Para su verificación, el acuerdo comercial introduce un mecanismo de verificación y sanción ante posibles denegaciones de los derechos laborales tutelados.
Diego González, Associate Partner de EY Law , comentó que el acuerdo comercial ha ejercido y seguirá ejerciendo una gran influencia sobre la práctica laboral mexicana.
Los primeros efectos se palparon con la reciente reforma laboral en materia sindical y resolución de controversias, instrumentales para lograr la negociación definitiva”, mencionó.
El T-MEC, cuya ratificación se espera ocurra en las próximas semanas por parte de Canadá, entrará en vigor tres meses después de que se reciba la notificación de aporbación por parte de este país.
*Fuente: https://www.milenio.com/