Para Colombia, el principal Tratado de Libre Comercio (TLC) es el que negoció hace más de seis años con Estados Unidos y entró en vigencia el pasado 15 de mayo.
Lo anterior no significa que los demás acuerdos comerciales negociados, en marcha o en proceso, no sean importantes.
Solo que el peso de EE.UU. en el comercio exterior colombiano es innegable: más de la tercera parte de sus exportaciones e importaciones.
Puede decirse que, por amplitud y profundidad, Colombia tiene vigentes ocho TLC con 16 países, siendo el de EE. UU. el de más reciente inicio, y el más antiguo el suscrito con la Comunidad Andina (CAN) en marzo de 1996, aunque su origen se remonta a otros 30 años.
El presidente de Analdex (gremio de los empresarios del comercio exterior), Javier Díaz, hizo un balance de algunos de esos tratados, enfatizando en que hay que pasar de los “acuerdos a los negocios”.
¿Cómo evalúa el desempeño del TLC con EE. UU?
Pese a que tres meses no es tiempo suficiente para hacer una evaluación, se observa que para 45 días de vigencia (del 15 de mayo al 30 de junio) hemos aumentado nuestras ventas a ese mercado en 15 por ciento, pero hay que tener en cuenta un elemento favorable: se han incrementado las exportaciones de productos manufacturados.
¿Hay productos cuyas exportaciones han bajado?
Sí, particularmente carbón y flores, que bajaron, básicamente por precios, pero empezamos a ver algunos nichos nuevos.
¿Como cuáles?
Cuadernos. En mes y medio pasamos de 1.000 dólares a 805.000 dólares; aparatos eléctricos no exportábamos, y ahora son 49.000 dólares; en camisetas subimos de 3.000 a 574.000 dólares.
Y hay muchos más que suman 6’183.000 dólares, para un crecimiento de 523 por ciento.
¿Los nuevos productos y los que han aumentado las ventas obedecen al TLC?
Sí, eso se le puede adjudicar al tratado, pues son productos que aparecieron después del 15 de mayo.
También hay productos que ya vendíamos y ahora tienen altas tasas de crecimiento.
¿Están satisfechos?
Empezamos con pie derecho porque lo que buscábamos, que era crecer en manufacturas, lo estamos viendo.
No nos han inundado de productos. No vemos importaciones atípicas que se hayan disparado.
