La costumbre local de aprovechar el fin de semana para cruzar la frontera y realizar compras se encuentra en declive, debido a la alta cotización del dólar frente al peso mexicano: cada divisa verde se vende en $18.40 en casas de cambio y en una cantidad superior en instituciones bancarias.
Cruzar cualquiera de los tres puentes internacionales con que cuenta Reynosa y regresar por los mismos, representa un gasto de por lo menos 200 pesos.
Tomando como ejemplo el Puente Internacional Reynosa-Pharr, el peaje que se paga por un carro es de 32 pesos, a lo que se agrega el costo del combustible (100 pesos en forma conservadora), y 70 pesos de peaje para reingresar a México, lo que da un costo de 202 pesos.
Cruzar al lado americano generalmente tiene el objetivo de realizar compras, y este objetivo ha cambiado con los años, pues en décadas anteriores la costumbre era tomar a McAllen y otras ciudades del Valle de Texas como puntos sólo para pasear con la familia y acudir a alguno de las cadenas comerciales de comida rápida.
Sin embargo esta última opción ya cambió pues en cualquier comercio de comida rápida de McAllen, el gasto es de por lo menos 22 dólares para una familia de tres. Tal cantidad en pesos equivale a $404.8, y si paga con tarjeta de crédito auméntele varios pesos más pues los bancos toman para facturar la cotización del dólar en la capital mexicana, no la paridad en la frontera (generalmente un poco más barato).
Los bufettes donde se puede degustar todo lo que se pueda comer, van de los 14 a los 20 dólares por persona.
Además y aunque es contra la ley en Texas, muchos ciudadanos mexicanos no cuentan con seguro de daños contra terceros. Una multa por esta omisión representa un desembolso de 200 dólares.
Pese a las abundantes ofertas en bienes y servicios que se encuentran en comercios del Valle de Texas, la costumbre de “mcalear” está perdiendo adeptos y mientras que el dólar siga caro, ésta será la tendencia.
Tal situación provocará graves daños a la economía del sur de Texas y es cuestión de tiempo para que los efectos negativos comiencen , pues ya se nota menor flujo de compradores.
Mientras tanto si usted es de los pocos afortunados a los que le “sobran” algunos dólares en estos días no tendrá problemas para cruzar la frontera, pues en ninguno de los tres puentes las filas de automóviles son largas.
