“El cierre a la importación no es la solución para promover el consumo del producto nacional sino que los gobiernos estatal y federal financien equipo que les permita tener un producto libre de impurezas y pulido para que compita con el estadounidense”, comentó.
Agregó que una vez que el producto nacional se venda limpio y pulido su precio será menor al del frijol importado por lo que el consumidor lo preferirá.
Datos de Comercio Exterior de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) muestran que en el 2011 se importaron a México 3 mil toneladas de frijol blanco por un total de 3 millones 200 mil dólares.
El frijol negro es el de mayor volumen, ya que se importaron 78 mil 500 toneladas a un costo de 69 millones de dólares, mientras que el resto de las variedades fueron 20 mil toneladas equivalentes a 20 millones de dólares.
“El productor mexicano siempre sale perdiendo porque su producto se lo compran a ocho pesos por kilo y lo revenden hasta a 36 pesos, pero si tuvieran la maquinaria que necesitan podrían cotizarlo bien y hasta más barato que el americano”, comentó Prado Rojas.
Días atrás, el gobernador César Duarte en conjunto con otros mandatarios estatales solicitaron el freno a la importación de frijol para favorecer las ventas de los campesinos mexicanos.
Acordaron establecer una estrategia regional para la comercialización de la leguminosa, con lo cual se garantiza un precio justo tanto para el productor como para el consumidor.
Chihuahua, Zacatecas, Durango, San Luis Potosí y Guanajuato produjeron en conjunto en el ciclo primavera–verano pasado, más de 583 mil toneladas de frijol.
