China, una de las mayores economías del mundo, mueve el 90% de su comercio por vía marítima y para alcanzar mayor eficiencia en sus envíos a Europa decidió tomar la ruta del Ártico.
En agosto pasado el Yong Sheng, el primer carguero chino en realizar la empresa, tomó la ruta del Mar del Norte, atravesando el Estrecho de Bering y recorriendo la costa septentrional de Rusia hasta llegar al puerto de Rotterdam (Holanda).
La ruta del Ártico se caracteriza por permanecer la mayor parte del año congelada, pero el deshielo provocado por el calentamiento global deja transitable este camino durante dos o tres meses en el año.
El trayecto que recorrió el Yong Sheng cuenta con 5.400 kilómetros que reduce hasta un 40% la duración del viaje entre Asia y Europa, acortando considerablemente las distancias entre Oriente y Occidente.
Los cargueros chinos consideran que no sólo se reducen los plazos de entrega de las mercancías por medio de esta ruta, sino que también representa un importante ahorro de combustible, menor contaminación y mayor seguridad frente a la piratería.
Otra ventaja señalada por los operadores chinos radica en evitar la navegación por aguas del sur de China, que se encuentran en disputa con otros vecinos como Vietnam y Filipinas.
En 2010, la ruta sólo fue transitada por cuatro embarcaciones, mientras que en 2012, las autoridades rusas que controlan el paso, contabilizaron 46 buques en ambas direcciones.
Estas cifras abren la expectativa de que 2013 registre un nuevo aumento en el uso de la ruta, hasta alcanzar 1.500.000 toneladas, siendo que en 2012 hubo un aumento de 53% de la carga transportada con respecto al año anterior; lo que se considera una ruta alternativa a Suez o Panamá.
Según datos oficiales, esta temporada, las autoridades extendieron 372 permisos de navegación.
