El régimen de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) cumplió sus primeros diez días de vida pero no hay demasiados motivos para festejar.
Al menos para las empresas mendocinas que, tras casi dos semanas, todavía no lograron pasar los filtros oficiales para poder contar con los insumos que requieren sus procesos productivos.
En ese sentido, desde la Dirección de Aduanas se confirmó que “no existen aún destinaciones presentadas con declaraciones juradas aprobadas”, en el marco de un proceso que desde su puesta en marcha ya registró 16.500 Declaraciones Juradas en todo el país.
Sólo el primer día se habían presentado 3.300 correspondientes a 1.300 importadores, por un total de u$s 438 millones en productos.
Asimismo, fuentes del organismo negaron que, hasta aquí, se hayan detectado dificultades en la gestión de las DJAI o reclamos posteriores, sino “comentarios durante el primer día acerca de pequeños inconvenientes en el sistema que luego se solucionaron”.
Entre esos “pequeños inconvenientes” aparecen requisitos que, para los despachantes de las empresas, resultan contradictorios.
El más ilustrativo es el que solicita completar en el formulario virtual la fecha de embarque de la mercadería en cuestión, cuando es un dato incierto habida cuenta de que depende de las observaciones de distintos organismos.
Precisamente, a Comercio Exterior, el primero en adherir al sistema, ayer se sumó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (Anmat).
Al respecto, Afip reafirmó que la información de los importadores “es puesta a disposición de organismos que adhieran al mecanismo en función de su competencia en la materia y la naturaleza de la mercadería”.
Faltantes y suba de costos
Para muchos operadores, los diez primeros días del sistema fueron un “round de estudio”, una transición entre el aluvión de presentaciones previas al 31 de enero (para no ser alcanzadas por la normativa nueva), y lo que ocurrirá a partir de la semana que viene, cuando algunos ya no tengan opción y deban presentar sus primeras DJAI.
Mientras tanto, las empresas metalmecánicas de Mendoza ya acusan problemas con ciertos insumos, como reductores de velocidad (chinos, italianos, alemanes y japoneses son los más requeridos), y componentes electrónicos de China y países europeos.
“No tenemos muy claro si viene a reemplazarlas, pero es una complicación más a la que ya generaban las licencias no automáticas. Si bien, conceptualmente, es bueno para fomentar la industria nacional, hoy por hoy no contamos con insumos suficientes. Sirve en tanto sea un mecanismo ágil y previsible, para lo cual la Secretaría de Comercio debe anticipar los plazos de liberación para permitir una planificación mínima” subrayó Julio Totero, de Asinmet (Asociación de Industriales Metalúrgicos).
La entidad integra Adinmra, su cámara madre a nivel nacional, que ayer por la tarde le trasladó ese pedido la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri.
En tanto, a nivel nacional algunas compañías dan cuenta de cómo la necesidad significa un lucro creciente: de hecho, el costo de gestionar un permiso para importar ya roza los U$S 200 (más IVA), monto que, multiplicado por el número de trámites, significaría unos U$S 3,3 millones para los gestores.
Por su parte, Mario Bustos Carra, de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, admite que la luz de alerta está encendiéndose incluso por autorizaciones pendientes a trámites iniciados en enero.
“Hay que esperar para saber si hay observaciones a las declaraciones juradas presentadas. Por lo pronto existe mucha preocupación con respecto a pedidos anteriores al 1 de febrero que no avanzan. Puede deberse a la superposición de sistemas, pero no tenemos respuestas”, estimó Carra.
