Básicamente una Zona Económica Especial, también llamadas en otros países como zona franca, se caracterizan por tratarse de territorios delimitados ubicados estratégicamente, que para aprovechar su potencial productivo y logístico están sujetos a un régimen especial que incluye estímulos e incentivos de distinto tipo en favor de las empresas que se establezcan dentro de las mismas. En el caso de México, las ZEE persiguen incrementar la competitividad regional y cancelar las desigualdades regionales, establecer economías de aglomerización, atraer inversiones productivas nacionales y extranjeras, generar empleos directos e indirectos, facilitar la construcción de infraestructuras, diversificar la producción, elevar las exportaciones y establecer el “efecto de marca”, de las localidades donde las empresas sean instaladas. Para Lázaro Cárdenas y su zona conurbada con el vecino estado de Guerrero, fundamentalmente en el municipio de La Unión, las oportunidades que se inauguran son relevantes. “A la brevedad, expresó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray en su reciente visita a Michoacán, arrancará el plan maestro para iniciar los trabajos que se requieran y se conformará una instancia que coordine la zona, así como un Consejo Técnico donde esté integrada la ciudadanía”. Adelantó que en esta ZEE existe potencial para el establecimiento de empresas en el sector automotriz, agroindustrial, textil y de electrónica, entre otros. Las perspectivas son ampliadas.
Por su parte, los diputados federales michoacanos declararon que “ni las crisis internacionales, ni los recortes petroleros, ni los ajustes a la baja en el Presupuesto de Egresos de la Federación afectarán los proyectos plurianuales que se vayan desarrollando en el puerto”, en tanto que Daniela de los Santos anunció que en la Zona de Lázaro Cárdenas serán invertidos al menos 38 mil millones de pesos en infraestructura y urbanización de por lo menos 500 hectáreas de terreno incluidas en la Zona Económica Especial. Señalo que “para Lázaro Cárdenas serán por lo menos 50 mil fuentes laborales las que se habrán de generar”. A su vez, a finales de abril, el secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal adelantó que “en lo que resta del sexenio, el gobierno federal invertirá más de once mil millones de pesos en el Puerto Lázaro Cárdenas para la construcción de dos nuevas terminales portuarias”, entre otras importantes obras. En Michoacán se avanza de manera importante en el cumplimiento de las expectativas que ha generado. Sin embargo, diferentes temas continúan siendo objeto de atención. En primer lugar, el riesgo de que se repita el fenómeno del enclave en lugar del polo de desarrollo. Como podrá recordarse, el aprovechamiento ferrífero y el Puerto Industrial de Lázaro Cárdenas fueron presentados en sus inicios, como la posibilidad para el impulso al desarrollo de todo Michoacán, como un detonador para el establecimiento de cadenas de producción y de servicios, donde pudieran participar los diferentes sectores de la economía y la sociedad michoacana. En los hechos esto no ocurrió y la prosperidad de Lázaro Cárdenas pudo convertirse en un “mundo aparte”, en un “enclave” ajeno a la vida de los otros 112 municipios de la entidad. Es por tanto de la mayor trascendencia que la Zona Económica Especial evite repetir la experiencia, quedándose reducida estrictamente a los límites del territorio señalado para su operación. De ocurrir de este modo, desde ahora podrían anticiparse limitaciones importantes en su objetivo para corregir las desigualdades en el desarrollo, entre los estados del norte y los del sur. En la planeación y la operación de la ZEE, la concurrencia del conjunto michoacano necesita tener presencia en el trabajo y los beneficios. En otro aspecto, tendrá que aprenderse de la experiencia cosmopolita derivada del acelerado crecimiento económico y demográfico de Lázaro Cárdenas, que dificulta el surgimiento de una identidad y orgullo propios, con manifestaciones en las maneras de ser, de relacionarse y de disfrutar las expresiones de la bellas artes y que, a fin de cuentas, provocan insuficiente integración social y propensión al conflicto y la violencia. La Zona Económica Especial de Lázaro Cárdenas representa una irrepetible oportunidad para fundar un ejemplo de prosperidad económica, innovación y cultura propia, con visiones que incluyan pero que también trasciendan, una supuesta pureza de los negocios.
