Durante el cierre simbólico de las cuatro garitas que hay en Quintana Roo, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, detalló que como parte de la nueva política aduanal, el gobierno, por ejemplo, invirtió revisiones.
“Anteriormente (…) se hacia para todos los viajeros la revisión en rayos X y después de pasar el equipaje a la revisión de rayos x, el visitante o el ciudadano pasaban al semáforo aduanal. Hemos invertido el proceso desde el año pasado”.
Videgaray dijo que esta medida ha reducido los tiempos de espera de trámite aduanal en “horas pico” de un promedio de 30 minutos a tan sólo cinco, mientras que en “horas no pico” la disminución es hasta de cuatro minutos.
Su cierre obedece a que con la reciente reforma fiscal se homologó la tasa del IVA fronteriza con la del resto del país, además de que propiciaban retrasos en el flujo de turistas y mercancía y generaban abusos, como extorsiones, en los retornos de mexicanos que trabajan en Estados Unidos.
“Esto es un paso a la simplificación aduanera”, dijo Enrique Zavala, director general de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
Las garitas cerradas en Quintana Roo fueron las de Nuevo Xcan, Tepich, Dziuché y Caobas. En noviembre del 2013 se suprimieron las primeras 12 en varios estados de las zonas fronterizas norte y sur, y en febrero pasado se canceló otra en Chiapas.
“En general, las garitas no afectan al flujo de comercio exterior, a las importaciones o exportaciones, afectan más a las personas”, dijo Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce). Parte de la función de estas oficinas es inspeccionar que los vehículos no transporten contrabando, aun cuando en teoría ya pasaron revisión por la aduana mexicana.
“Es bueno que todo el territorio nacional tenga un mismo tratamiento para el flujo de mercancías”, dijo Israel Morales, director del comité de comercio exterior del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación.
