Ciudad de México.- “En promedio, una reducción del 1% en el costo de transporte conduce a un incremento del 2.6% en las exportaciones”, señaló el organismo en el estudio ‘Muy lejos para exportar, los costos internos de transporte y las disparidades en las exportaciones regionales en América Latina y el Caribe’.
El organismo apuntó que la apertura comercial del país llevó a una reactivación del crecimiento económico que no fue igual en todas las regiones.
“El principal beneficiario fue el noreste, cuya participación en las exportaciones creció hasta el punto de rivalizar con las de las regiones centrales. Por su parte, las regiones del sur y del noroeste siguen a la espera de obtener beneficios sustanciales del comercio internacional”, detalló.
Señaló que el marco regulatorio mexicano se concentra en el mantenimiento y no en la expansión de las vías de comunicación, además de que no se ha buscado dar mayor impulso a medios de transporte como el ferrocarril y los puertos.
El BID recordó que el Programa Nacional de Infraestructura 2007-2012, perteneciente al Gobierno de Felipe Calderón, buscaba que la red de comunicaciones estuviera mejor integrada y balanceada, sin embargo, el transporte de camiones permaneció como la modalidad dominante, por encima de opciones como los ferrocarriles.
“Aunque el ferrocarril es el modo de transporte menos costoso para distancias superiores a 450 kilómetros, su desarrollo ha estado limitado sólo por una red que no es muy diferente de la construida durante el porfiriato a principios del siglo XX, sino que carece de instalaciones intermodales en los puertos marítimos y de centros de distribución en el interior del país”, agregó.
El plan de infraestructura que presentó el presidente Enrique Peña Nieto el 15 de julio pasado plantea una inversión de 4 billones de pesos para la construcción de autopistas, puentes, tramos de trenes de carga, siete aeropuertos y siete puertos marítimos, entre otros.
En esa ocasión, el mandatario aceptó que la infraestructura del país no corresponde con su nivel de competitividad.
Sin embargo, el BID dijo que además de balancear los medios de transporte, se requiere contar con instituciones capaces de planificar, aprobar y ejecutar las iniciativas de transporte.
“Independientemente del tipo de actividades que los gobiernos emprendan para reducir los costos del transporte, una de las principales prioridades deberá ser abordar las debilidades institucionales. De no ser así, continuarán existiendo planes que se quedan a medio camino, con todas las consecuencias negativas que esto pueda tener para el desarrollo exportador y general del país”.
