Las barreras al comercio internacional no son solamente los aranceles sino una multitud de variables que están implícitas en todas las transacciones: la moneda, el idioma, las aproximaciones hacia “el otro”, el entramado de variables financieras, logísticas, las restricciones a ciertos productos vía mecanismos técnicos, sanitarios, el patriotismo en todas sus facetas. La condición humana.
A modo de ejemplo se observa que el volumen de comercio entre Barcelona y Zaragoza es muy superior (cuatro-cinco veces, según las fuentes ) al de Barcelona con Toulouse. Estando las dos ciudades a una distancia parecida y perteneciendo España y Francia a la Unión Europea.
¿Por qué?. Son las barreras denominadas extra arancelarias las que contraen el volumen de intercambios. Las gentes que viven en regiones con montañas saben muy bien que suelen ir de compras rio abajo antes de cruzar /en automóvil /el valle , algo talmente instintivo, histórico y no justificado por la distancia ni el estado de las carreteras.
Y es que si pudiéramos mirar al microscopio el proceso que siguen cada una de las decisiones tomada en Barcelona (pongamos por caso ) para llevar a cabo el comercio de mercancías entre Toulouse y Zaragoza, veríamos que al final ha sido más fácil con los aragoneses que con los franceses, por razones que se escapan al control de las autoridades de Bruselas.
El freno del Brexit supondrá un paso hacia el establecimiento de ” nuevas barreras”. Tras un periodo de caos en el comercio bilateral las cosas se normalizaran, pero el porcentaje final a largo plazo será menor, el final es hoy difícil de pronosticar.
Las tarifas arancelarias actuales vigentes en Europa después de negociar el Brexit no se modificarán, no conviene a ninguna de las partes, la globalización se centra en la disminución. Hoy ningún país industrial lo cuestiona. Solamente lo hacen residuales movimientos políticos proteccionistas.
El mercado de valores nos puede servir para prever comportamientos: primero caos y bajada brusca, después recuperación lenta hasta llegar a la situación final. Los tiempos serán distintos pero los vaivenes de los contratos de servicios y mercancías serán parecidos.
A pocos días del Brexit no habrán cambios inmediatos como los vistos en el mercado de capitales, debido a que el comportamiento del comercio de mercancías y servicios se rige por contratos a medio plazo , aquí no se miden bien los estados emocionales como en la bolsa, donde pulsar en un teclado es una orden. Hacer lo mismo con un contrato de compra de productos , lleva consecuentemente a una acción legal.
Veamos algún ejemplo: un año después de entrar en vigor las sanciones económicas del Kremlin Ruso a los productos alimenticios europeos , se empezaron a sentir las consecuencias que ahora, están en pleno vigor. En cambio las sanciones económicas europeas hacia Rusia, que son más de tipo financiero, tuvieron su efecto al día siguiente sobre la economía de la Federación Rusa.
Interesa una negociación generosa entre Europa y Uk para evitar las roturas de mala forma, pero también equilibrada. Con ello está en juego que los descensos iniciales en el comercio no sean dramáticos.
Los europeos deben comportarse con los ingleses como siempre lo han hecho, de forma transparente, haciendo gala de lo que es y quiere seguir siendo Europa, evitando el pánico y cualquier sensación de venganza. Ninguna de las partes debe ganar a costa de la otra.
Los negociadores europeos no pueden tensar excesivamente la cuerda inglesa y lo saben, lo mismo les va a ocurrir a los negociadores Ingleses.
Los defensores del Brexit consideran que es mejor romper porque al final saldrán reforzados. Y este debe de ser a partir del ahora el objetivo de todos .Cuando hay un incendio en un edificio nadie lo quiere pero es cierto que al terminar de construir , nos encontramos que suele ser mejor que antes. La pregunta que siempre queda en aire , es si mereció la pena todo el sufrimiento .Como serán los ocupantes del nuevo edificio y es que inevitablemente cualquier separación lleva asociada un cierto nivel de desprecio al otro .
Anunciar una disminución del comercio Europa 27 / UK, no quiere decir necesariamente que las economías se contraigan, lo que indica en realidad es que a ambos lados se tendrán que buscar alternativas de éxito para que esa pérdida de negocio sea compensada. En el comercio internacional solo queda una estrategia con dos partes: el aumento del consumo interno tanto para los ingleses como para los europeos, y la segunda, buscar nuevos clientes más allá de los de a uno y otro lado del Canal
Para los Eu 27, la buena noticia es que al ser un espacio mayor es razonable pensar será más fácil dar salida a los excedentes. Para la industria del Reino Unido la buena noticia es que cuentan con un tejido industrial con una mejor capacidad exportadora.
Josep Bertrán, Profesor de comercio internacional Universidad Pompeu Fabra. Barcelona