Durante la llamada cumbre del G20, que arrancó el domingo en la turística ciudad de Antalya, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto consideró que en el contexto internacional, caracterizado por un bajo crecimiento, alta volatilidad y aversión al riesgo entre los inversionistas, las economías del G20 deben “actuar con firmeza y prontitud, en favor de un crecimiento robusto e incluyente”.
México, que copreside junto con Alemania e Indonesia el Grupo de Trabajo Sobre Inversión e Infraestructura del G20, exhortó a los países agrupados a evaluar los avances alcanzados en este mecanismo, a ajustar el enfoque de su agenda, a facilitar la coordinación de políticas y a promover un crecimiento económico fuerte y equilibrado.
La cumbre del G20, es uno de los foros más importantes que anualmente congrega a Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, República de Corea, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, y en la que participan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Los miembros del G20, que representan el 85 por ciento de la economía global, el 80 por ciento del comercio internacional y dos terceras partes de la población mundial, buscan con estas cumbres intercambiar experiencias con el fin de mejorar la gobernanza económica mundial y promover el diálogo sobre asuntos económicos y financieros a nivel internacional.
No obstante, algunos analistas y organizaciones civiles internacionales consideran que este tipo de encuentros son infructíferos y por ello insisten cada año en que el resultado de las deliberaciones y conclusiones puedan ser vinculantes.
México, que en 2012 presidió la séptima Cumbre del G20, es uno de los países latinoamericanos más activos en diversos foros internacionales desde la última década.
Esto le permite asumir un papel destacado en la configuración del nuevo orden internacional en diversos ámbitos y estrechar las relaciones comerciales con otros países.
De igual forma, a través de sus participaciones, puede dar a conocer las políticas y actuales reformas emprendidas desde 2012 hasta la fecha, que generan confianza y certidumbre para mejorar el clima empresarial.
Ello, fortalece al crecimiento económico, asegura la estabilidad macroeconómica y consolida las finanzas públicas sanas en México.
En esta cumbre del G20, en Antalya, representantes del grupo de países industrializados y emergentes además de retomar los temas pendientes de la pasada edición, lamentaron los atentados del pasado viernes en París; guardaron un minuto de silencio por los más de 129 fallecidos; y acordaron bloquear el dinero que sufraga al terrorismo.
Mientras, el grupo BRICS, conformado por Brasil, Rusia, China, la India y Sudáfrica, también alzó la voz para criticar la “politización de las relaciones económicas”, y las “sanciones económicas unilaterales”.
Además, pidió a los países ricos del G20 que fortalezcan su cooperación sobre políticas macroeconómicas para evitar los efectos de la débil expansión global y reduzcan los riesgos para el crecimiento.
En tanto, México dio a conocer las acciones que ha impulsado el Grupo de Trabajo Sobre Inversión e Infraestructura del G20, creado en 2013.
Entre las medidas desarrolladas mencionó las de nivel colectivo para facilitar la intermediación financiera.
Los participantes de la cumbre, al término del encuentro, aprobaron este lunes una declaración sobre las decisiones tomadas con miras a fortalecer el sistema multilateral de comercio, garantizar el buen funcionamiento de las cargas globales de valor y la integración de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) en las mismas, entre otros.