El sindicato estadounidense de camioneros International Brotherhood of Teamsters y los grupos Sierra Club y Ciudadano Público presentaron una demanda contra el Departamento de Transporte para bloquear el paso de los camiones mexicanos a Estados Unidos.
El país vecino no respetó su compromiso de abrir este servicio desde 1995, pero luego México ganó un panel en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y, aun con la misma negativa, impuso represalias y pudo al fin el 21 de octubre obtener ese derecho.
La demanda, presentada ante la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, sostiene que el gobierno estadounidense violó varias regulaciones federales al autorizar las primeras licencias a camiones mexicanos para que operen en Estados Unidos.
En documentos presentados, el sindicato argumentó que el gobierno tendría que evaluar aspectos como el impacto ambiental del proyecto piloto como el que desarrolla antes de aplicarlo.
El presidente del sindicato, Jim Hoffa, informó en un comunicado: “Abrir las fronteras a esos peligrosos y sucios camiones es un ataque a la seguridad de las autopistas, a los camioneros estadounidenses, a los mayoristas y al medio ambiente”.
Hoffa aseguró que el programa piloto -firmado en marzo entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo mexicano, Felipe Calderón- genera una “presión que la clase media estadounidense no necesita”.
La demanda del sindicato Teamsters pide que los camiones mexicanos muestren señales que aclaren que cumplen los requisitos federales de seguridad, mientras que denuncia que los conductores mexicanos no están sujetos a los mismos requisitos físicos que los estadounidenses.
