Esta iniciativa es un esfuerzo entre el sector privado y el público para asegurar calidad, control y facilitación comercial, explicó Rafael Nava, director para América Latina del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce).
“El acuerdo da la flexibilidad de crear un comité y el sector que tenga interés alza la mano para incorporarse al grupo de trabajo que armonice, homologue, enseñe y diga cuáles son los requerimientos de ambas partes”, dijo en conferencia de prensa.
En términos de certificaciones existen dos clases, aquellas obligatorias establecidas en normas y leyes y sirven para control de calidad, así como las voluntarias, que generan alguna clase de valor añadido como protección del medio ambiente o satisfacción del usuario.
El interés por crear un sistema armonizado entre México y Panamá va más allá de hacer más sencillos los trámites de comercio exterior sino también en que empresarios del País ganen competitividad en un mercado que está sumamente abierto.
“La certificación obligatoria para cualquier producto establece esos requisitos mínimos que se requieren para su operación y eso es una operación de Gobierno pero las otras características adicionales ya se vuelven voluntarias para cada empresa”, precisó el empresario.
El producto piloto para este proyecto son lavadoras ecológicas hechas en México, cuya característica principal es ahorrar agua y electricidad, que ya cuentan con el certificado que las avala como tal.
Si Panamá concede la homologación de esta cualidad permitirá un acceso preferencial a los productos de esta clase.
“El Gobierno panameño trae un programa de ahorro de energía y de cuestiones ecológicas”, explicó Nava.
“En Conagua y en la Dirección General de Normas ya hay una regla para determinar los electrodomésticos que son ecológicos, lo cual entra en este interés panameño porque ellos no producen lavadoras”, indicó.
Luego de someter la propuesta, lo que resta es que los organismos reguladores acepten o no el procedimiento de armonización.
