sábado, abril 27, 2024
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Coyuntura del comercio exterior de México y la importancia del Puerto Laredo

Poco antes del inicio del TLCAN, México ya había venido incrementando su participación en el comercio exterior en poco más del 10 por ciento, en relación a su Producto Interno Bruto (PIB) aunque la mayor parte de exportaciones era petróleo crudo, situación que a la fecha ha cambiado y ahora las exportaciones manufactureras son las más importantes. Hasta 2013, la participación de las exportaciones como parte del PIB llegó al 34 por ciento, creciendo a más de uno por ciento anual. En otras palabras, un tercio de nuestro PIB depende de lo que vendamos al exterior, mientras que para Estados Unidos y Canadá, es del 14 y 30 por ciento, respectivamente.

El gobierno mexicano ha firmado, hasta la fecha, TLC con 45 países. Sin embargo, seguimos manteniendo primacía de nuestras exportaciones hacia los Estados Unidos (80 por ciento), aunque con una tendencia que orienta una venta más diversificada, pues ha venido creciendo la exportación de productos mexicanos a más países fuera del área TLCAN como son China, Colombia, Brasil, España y Alemania, con poco más del 1 por ciento a cada uno de ellos, mientras que a Canadá nos compra más del tres por ciento de lo que exportamos. Y si bien las exportaciones han venido a apuntalar el crecimiento del PIB, el saldo de nuestra balanza comercial total (es decir, donde se considera las exportaciones a todos los países y de los que se importan mercancías), ha mantenido un déficit constante.

En la última década la economía estadounidense ha variado su tamaño en relación a la nuestra entre 13 y 16 veces. Inclusive en 2009, el año más difícil de la economía de los Estados Unidos por la crisis financiera, correspondió al máximo alcanzado (16 veces el tamaño de la nuestra). En relación a la balanza comercial con los Estados Unidos, el año pasado los exportadores mexicanos vendieron a los Estados Unidos 280.5 millones de dólares, mientras que los exportadores estadounidenses vendieron a México poco más de 226 mil millones de dólares, manteniendo el superávit por casi una década, y que para 2013 correspondió a 54 mil millones de dólares.

De este continuo superávit con los Estados Unidos no podemos sacar ventaja, como por ejemplo una significativa apreciación del peso, básicamente porque el superávit ha sido por lo regular mínimo, y la demanda de dólares es aún muy grande a nivel mundial. Un elemento adicional es que para los Estados Unidos el problema no es el déficit que tiene con todo el mundo en términos comerciales, sino la deuda externa. Donde sí podemos sacar ventaja es en el hecho de que si bien las exportaciones mexicanas están disminuyendo (en los últimos años ha tenido una disminución promedio de 1.3 por ciento), los exportadores buscan los menores costos para comerciar sus productos.

Y el paso o garita que tiene los menores costos y mejores servicios aduanales es precisamente el Puerto Laredo, ya ubicado como el puerto terrestre número uno de Norte América. Por tanto ante la reducción de las exportaciones a nivel nacional, el puerto se coloca como el más competitivo. La posibilidad de que más exportadores quieran utilizar la ruta del TLCAN es aún mayor, creciendo el número de aforos en los últimos años, lo que pone a la ciudad de Nuevo Laredo en una condición privilegiada para su promoción y mejor aprovechamiento por las entidades económicas y los tres niveles de gobierno.

Hasta antes del cambio de siglo, las ciudades fronterizas tenían la dicha de ser promovidas a escala federal y en muy buena medida a escala estatal. Para la mayoría de los estados fronterizos del norte de México sus ciudades fronterizas han sido una respuesta a los problemas de crisis. Ahora es diferente. Un par de crisis financieras hicieron temblar las estructuras económicas de las más importantes ciudades fronterizas, incluido Nuevo Laredo. Es la hora de promover lo alcanzado en la ciudad como el puerto número uno, ya no sólo de Latinoamérica, sino de Norte América.

Es preciso trabajar entre todos los actores, gobierno, organismos económicos, empresariales, en una ruta que nos permita potenciar las ventajas competitivas y de aprendizaje que proporcionan los servicios aduanales y de transporte, y dilucidar las opciones que apuntalen la manufactura ya localizada, respondiendo a sus necesidades. Se requiere fomentar, con infraestructura y obra pública, una política decisiva para el crecimiento de dicho sector manufacturero, que, de acuerdo al modelo keynesiano, es el que mayores efectos tiene en la generación de empleo. El gobierno local de este trienio está haciendo su tarea al lanzar en tan sólo un año un plan de obra que cubriría administraciones completas del pasado. Ahora falta potenciar dicho esfuerzo hacia la generación de inversiones que impulsen actividades económicas generadoras de empleo con las mejores condiciones de remuneración. 

* Director General del Instituto para la Competitividad y el Comercio Exterior de Nuevo Laredo (ICCE)

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Cortesía de Investing.com

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