La Habana (PL) Incrementar y consolidar los ingresos por concepto de exportaciones de bienes y servicios, y aumentar la sustitución de importaciones, constituyen hoy tareas de primer orden en la actualización del sistema económico y social cubano.
Baste señalar en ese sentido que buena parte de los 313 lineamientos aprobados en 2011, que trazan la política económica del país, tienen que ver con esas actividades y otras afines, como deudas, créditos y la inversión extranjera
Desde la época colonial, el Comercio Exterior es una actividad de especial importancia para Cuba, que pese al recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos desde hace medio siglo, tuvo el pasado año resultados positivos.
En efecto, el país en 2011 sobrepasó en 1,2 por ciento su programa anual de exportaciones, mientras que cumplió lo previsto en el de importaciones, según se señaló en el octavo período ordinario de sesiones del Parlamento.
Con una economía eminentemente abierta, dependiente de sus relaciones externas, Cuba no estuvo exenta del impacto de la crisis financiera global, sobre todo en lo relacionado con el aumento de los precios de algunas de sus principales importaciones.
No obstante los efectos de esa debacle, acentuada en Europa y Estados Unidos, y del bloqueo económico y dificultades internas, el producto interno bruto (PIB) de la isla creció el 2,7 por ciento, y se aspira lo haga en el 3,4 en el 2012.
Sin duda, en ese objetivo desempeñará un papel importante el comercio exterior, que se ha propuesto un mayor saldo en las ventas externas y en la sustitución de compras de productos que pueden obtenerse en el país.
El archipiélago prevé en 2012 invertir mil 717 millones de dólares en la adquisición de alimentos.
Como advirtió el presidente cubano Raúl Castro en esa sesión del Parlamento, sobre el alto costo de las importaciones a los actuales precios internacionales: “Tal realidad indica la necesidad de avanzar con solidez en el propósito de poner en producción todas las tierras todavía ociosas o deficientemente explotadas”.
También se aprecian avances en el manejo de las finanzas externas, visibles en el reordenamiento de parte importante de las deudas y en el cumplimiento del propósito de honrar los compromisos contraídos con los acreedores.
A juicio del ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), Rodrigo Malmierca, las medidas que se implementan en el país, como resultado del proceso de actualización del modelo económico socialista, garantizarán un sostenido incremento de la eficiencia económica, importantes ahorros de recursos y el saneamiento de las finanzas externas.
En un reciente encuentro internacional de juristas y economistas, el titular destacaba que es clave promover las exportaciones e incrementar la sustitución de importaciones con eficiencia.
Según el funcionario, se trabaja por la diversificación de los destinos de los bienes y servicios exportables, y ampliar la estructura de las ventas, con preferencia en las de mayor valor agregado y contenido tecnológico.
También en lograr una mayor eficiencia en la gestión importadora del país, con énfasis en su racionalidad y calidad.
En los últimos años la estructura económica de la nación experimentó una transformación notable, al constituir hoy los servicios el 70 por ciento de los ingresos.
Sin embargo, existe el criterio de que hay un enorme potencial por aprovechar. Requieren especial atención en ese sentido, la promoción de la exportación de servicios técnicos y profesionales, mayor diversificación y explorar nuevos mercados.
Se considera, asimismo, que hoy no es posible enfrentar un mundo tan competitivo y proteccionista sin una verdadera conciencia que coloque la calidad, el rigor y la profesionalidad como características centrales de la labor en el comercio exterior.
De ahí que sean elementos esenciales fortalecer los análisis y estudios de mercados como base de conformar estrategias de negocios, y el cumplimiento de normas establecidas a fin de garantizar la eficacia.
En cuanto a la inversión extranjera, la isla busca propiciar la participación de esta en sus planes de desarrollo como complemento del esfuerzo inversionista nacional, en aquellas actividades que sean de interés.
El capital foráneo debe garantizar la satisfacción de objetivos como el acceso a tecnología de avanzada, métodos gerenciales, diversificación y ampliación de las vías de exportación y la sustitución de importaciones.
Actualmente cientos de compañías extranjeras realizan inversiones en Cuba, mientras que el país evalúa otros proyectos mutuamente ventajosos que aseguren los objetivos mencionados.
Cabe destacar al respecto el turismo, sector dinámico de la economía, en el que se tomaron decisiones para propiciar el desarrollo de proyectos de infraestructura extrahotelera, como los vinculados a campos de golf y esfera inmobiliaria.
El esfuerzo fundamental, de acuerdo con autoridades del sector, debe estar en que las asociaciones con capital foráneo se inserten en el plan de la economía nacional.
Todo ello también en concordancia con los lineamientos económicos y sociales, y la búsqueda de eficiencia económica como objetivo central.
Entretanto, según refirió Malmierca, se estudian las bases para la creación de zonas especiales de desarrollo, con las cuales se pretende no solo atraer capital foráneo, sino alta tecnología y mercado para promover las exportaciones.
Estos proyectos contribuirán al desarrollo local y a la creación de nuevos empleos.
No se trata de retomar las extintas zonas francas, cuya experiencia, debido a diversos factores, resultó disfuncional y arrojó resultados negativos, sino de promover estas zonas especiales de acuerdo con los intereses económicos del desarrollo del país, subrayó el ministro al respecto.
Latinoamérica y el Caribe están en el centro de la política comercial de Cuba, país que a lo largo de estos años ha trabajado por crear un espacio económico en el Caribe y el resto de la región, con la que mantiene la mayor parte de su comercio.
El reconocimiento internacional a Cuba y su Revolución alcanza hoy niveles sin precedentes en esta zona y el mundo, más aún luego de la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y, recientemente, del establecimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
