Indicó que dicho modelo ha permitido que por casi 50 años la industria maquiladora proyecte la economía nacional como exportadora de productos de clase mundial.
Dijo que tal industria es el sector más abierto a la competencia global y el de mayor productividad en el país, como lo demuestran las cifras del sector.
Con base en el concepto de “democratizar la productividad”, expuso, no es coherente que a los que generan riqueza en el país se les pida el cumplimiento de la normatividad, mientras que a “cientos, miles, millones de personas en la informalidad no se les quiere poner en orden”.
“Es a esos mismos que están en la formalidad a los que se les hacen ajustes tributarios, no a los informales, no a los sindicatos, ni mucho menos a los partidos políticos que viven de un presupuesto público”, cuestionó.
El Instituto expuso que la “democratización la productividad” debe también darse al interior de los poderes Legislativo y Ejecutivo.
