El déficit en infraestructura en América Latina representa un reto para las empresas y la competitividad, pues el costo de la logística en la región podría alcanzar hasta 35 por ciento, aseguró la secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), Rebeca Grysnpan.
Al participar en el XV Encuentro Santander-América Latina, expresó que es necesario que se invierta en materia de infraestructura, tanto en logística como en materia relacionada con nuevas tecnologías, para mejorar las condiciones e impulsar el desarrollo de los países. Y es que, expuso, en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el costo de transporte de las empresas es de 8.0 por ciento en materia logística.
Sin embargo, en Latinoamérica va de 18 a 35 por ciento por el déficit, lo que representa un mayor impuesto para la producción y sobre todo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), cuyo gasto puede llegar a 40 por ciento. Rebeca Grynspan comentó que de acuerdo con diversos estudios, para cerrar esta brecha en la zona se tendría que elevar la inversión en el ramo en al menos en tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB), a fin de estar al nivel que se requiere para el mundo actual.
En este sentido, señaló, las asociaciones público-privadas son una gran alternativa, no obstante se debe trabajar en un tema de transparencia, para que éstas sean confiables y eficaces. “La pregunta es cómo vamos a hacer las alianzas público-privadas para que las empresas puedan participar en la construcción de la infraestructura y de las inversiones que se necesitan a futuro”, dijo.
La secretaria general del organismo destacó que en América Latina se invierte alrededor de 2.0 por ciento del PIB con recursos públicos, pero se necesitarían alrededor de tres puntos adicionales del sector privado. Por ello, indicó, se debe devolver la confianza de estas asociaciones, porque parte de lo que ha evitado su expansión es la duda que tienen los ciudadanos, por lo que hay un elemento de confianza que se debe recuperar. Asimismo, consideró que los crecimientos de 2.0 y 3.0 por ciento en América Latina no son suficientes para enfrentar los retos de la pobreza y la desigualdad que la región tiene.
“Si crecemos al 2.0 y 3.0 por ciento por mucho tiempo nos quedaremos rezagados respecto a la capacidad de insertarnos mucho más inteligentemente en el mundo y competir con otras regiones”, concluyó.
