sábado, abril 27, 2024
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El Acuerdo Transpacífico como mecanismo de contención y dominación

El posicionamiento de China, Rusia, Brasil (en crisis actual) India e Irán -entre otros-, convierte el proceso contrahegemónico de la globalización en una posibilidad no tan lejana pero sí difícil de estructurar.

Sin embargo, el neoliberalismo (aunque sea considerado fetiche para los economistas, es una realidad) descubre su fase de ruptura en la que se recupera y allana el camino de las emergencias internacionales, para postular un nuevo modelo para el reclutamiento de alianzas afines a un solo eje: Estados Unidos.

Estados Unidos olvidó su patio trasero (América Latina) por cuestiones de mayor utilidad, como las guerras en Medio Oriente y África, mientras que China aprovechó para intervenir en la región por medio de una política de soft power económico, invirtiendo grandes cantidades de capitales en proyectos de infraestructura, tecnología, petróleo y hasta en empréstitos.

Esto en parte determinó el origen del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP en inglés)
Este Acuerdo recientemente consolidado entre 12 naciones (Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile) marca una nueva configuración de las zonas de libre comercio, radicalizando la forma del tránsito de los flujos de capital y de comercio como nunca antes. 

El TPP es un mecanismo de contención por dos vías:la primera es contra China. El gigante asiático fue excluido de las negociaciones de este Acuerdo mientras se aseguraba el apoyo de los países del sudeste asiático a favor de Estados Unidos. Japón representa un actor fundamental para este cometido, siendo que no lleva muy buena relación con el gigante asiático; dadas las disputas por las islas Senkaku/Diaoyu y la afirmación japonesa de ser el socio comercial y político por excelencia de Estados Unidos en la región asiática.

El trasfondo del TTP es, en principio, el intento de golpear la economía china que sigue siendo el motor económico mundial con una previsión del 7% sobre el crecimiento de su economía/PBI (menor al 14% reportado en años anteriores ); esto es mayor que el crecimiento que registró Estados Unidos del 2%. Adicionalmente, se pretende dislocar al BRICS (Brasil, Rusia, China y Sudáfrica) para disminuir su influencia a nivel internacional por medio de una masiva liberalización comercial que afecte su dinamismo económico.

En segundo lugar, los miembros de la Alianza del Pacífico (México, Perú, Colombia, Chile) servirán como contrapeso en la región latinoamericana para contener la Alianza Bolivariana (ALBA), Mercosur y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Sin embargo, el planteamiento del TPP es crear una disputa socio-mercantil entre las naciones latinoamericanas y China, con la intención de disparar una guerra económica entre la región del sudeste asiático y los integrantes de la Alianza del Pacífico por el acceso al mercado estadunidense.

Incluso, en el TPP habrá más perdedores que ganadores. El marco de negociación y beneficio para fijar un alto estándar de libre comercio se ve socavado por las reglas de origen en la industria automotriz y la fabricación de partes, es decir, se designa qué partes pueden provenir del extranjero. Con esto se da entrada al mercado no nacional con miras a la invasión de mercancías foráneas de gran competitividad como las chinas u otro país, sin necesidad de obedecer las reglas del TPP (una de las disposiciones contrarias al Tratado De Libre Comercio de América del Norte, TLCAN).

Por otra parte, el TPP dispondrá de ventajas desiguales por parte de las empresas de economías desarrolladas para elevar el proteccionismo de los derechos de propiedad intelectual con el fin de fortalecer el monopolio por sobre los demás.

Como ejemplo encontramos el de la industria farmacéutica, donde los cabilderos presionaron al Congreso estadunidense para incentivar la protección de estas grandes empresas y así encarecer los medicamentos genéricos, para mantener a los competidores fuera del mercado e incentivar una alza generalizada en los precios directos al consumidor.
Por otra parte, la solución de controversias del TPP entre inversores y Estados será determinada para favorecer a las empresas trasnacionales en cuestiones legales, al poder demandar a un gobierno cuando alguna regla o ley perjudique sus ganancias dentro del país, entablando un arbitraje privado y vinculante. En este caso, la empresa demandante será beneficiada por medio de compensación económica, si hubo pérdida de ganancia, o incluso, si las ganancias perjudican o contradicen la reglamentación interna de la nación demandada. En sí, ningún Estado firmante del TPP podrá legislar a favor de la salud pública, el medio ambiente y la seguridad.
Con el fin de señalar las deficiencias del TPP en las relaciones comerciales entre países miembros, podemos mencionar como ejemplo el caso de México, para demostrar que el TPP sólo beneficiará a algunas naciones y a grandes trasnacionales como las farmacéuticas. México en su inocua visión geopolítica y de política exterior reciente, ha aceptado sin miramientos los acuerdos arcanos del TPP. Competirá con países como Vietnam, Japón, Australia, Nueva Zelanda o Singapur.
Hay más variables negativas que positivas para México. Según el índice de Competitividad Global de 2015, México ocupa el lugar 47 y Vietnam el 70, sin embargo, esta nación ha mejorado sus instituciones públicas estando en el lugar 85, mientras que México se ubica en el 109. La Secretaría de Economía de México muestra que entre 1993 y 2014 se ha acumulado un déficit de -8,736 millones de USD y que México importa bienes donde tradicionalmente era líder en producción y exportación como calzado, artículos tecnológicos y hasta café. Sumado a los otros siete países asiáticos más los dos de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda), en el mismo periodo acumulamos un déficit de -293,871 millones de USD.
De este modo, se hace hincapié en que los países menos preparados para la competitividad de los alcances desastrosos de los acuerdos de libre comercio como el TPP, no podrán incentivar políticas beneficiosas para la población y para el sector empresarial pequeño y mediano, como el sector textil o automotriz. Nuevamente, la geopolítica del hard power norteamericano sigue fluyendo su curso y sigue insistiendo en mecanismos de dominación como los Tratados de Libre Comercio. 
Una de las grandes críticas que se puede hacer al TPP es la forma de su negociación. Ningún Parlamento o Congreso del mundo (ni siquiera el nortamericano) tuvo en sus manos el Acuerdo completo para discutirlo, enmendarlo o votarlo. Es hasta ahora que se aceptó, que la Secretaría de Economía de México ya lo ha publicado en su página de internet.
En Chile, la opinión pública se ha manifestado en contra de los posibles efectos del TPP y su prolongado secretismo, a la espera de que otras opiniones públicas como la norteamericana o incluso la mexicana, reaccionen de la misma forma. 
El entramado de la entrada en vigor definitivo será cuando los Congresos y Parlamentos de las 12 naciones puedan concluir las formalidades jurídicas que involucra el TPP y, de ser así, el Acuerdo entrará en vigor en 2018. Será en ese momento cuando las verdaderas libertades ciudadanas sean cercenadas por los gobiernos que hemos elegido.

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Cortesía de Investing.com

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