viernes, mayo 3, 2024
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El USMCA: Sorpresas en la industria automotriz y China

Los acuerdos comerciales suelen tener como objetivo impulsar el comercio entre los países. En el caso de Estados Unidos, este acuerdo parece tener el objetivo de reducir el comercio.

El Banco Mundial ha calificado como positivo el nuevo acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA), principalmente por solventar la incertidumbre que ha existido desde 2017 y por permitir la planeación a las industrias involucradas en el tratado, como la automotriz o la manufacturera. Sin embargo, queda por contestar. ¿Qué tiene de diferente el acuerdo entre el USMCA y el TLCAN?

Los acuerdos comerciales suelen tener como objetivo impulsar el comercio entre los países. En el caso de Estados Unidos, este acuerdo parece tener el objetivo de reducir el comercio; es decir, lo opuesto a lo que debería tener todo acuerdo comercial. Como ejemplo a analizar se encuentra el contenido del capítulo de la industria automotriz.

En éste se estipula cómo los fabricantes de automóviles en México y Canadádeben construir automóviles y camiones para continuar vendiendo al mercado americano sin tener que pagar aranceles de importación. El USMCA endureció las ya complejas reglas de origen del TLCAN y los requisitos para calificar para la tarifa cero. Lo que deberá hacerse es tener un mayor contenido de partes de Estados Unidos, incluso si las partes son más costosas que en otros lugares. Así, por primera vez en la historia de los tratados, una fracción de cada automóvil debe ser producida por trabajadores que ganan por encima de cierto salario. Es increíble cómo en el acuerdo se permite que un país extranjero dicte los salarios de otro país. Siendo el caso de México, esta condición desincentiva la inversión y la producción dentro del país, además de una posible reducción de exportaciones de autos a Estados Unidos.

Por otra parte, también es posible que se reduzcan las exportaciones de automóviles al resto del mundo desde México, Canadá y los Estados Unidos, debido a la restricción de acceso a autopartes baratas y los altos costos de producción que, a su vez hacen que los autos de la región sean menos competitivos. En Asia o Europa, los fabricantes de automóviles no están sujetos a estas reglas impuestas por Estados Unidos.

Algunas armadoras pueden decidir que cumplir con las nuevas reglas de Trump sobre salarios y contenido resulta demasiado costoso y, de ese modo, seguir ensamblando autos en armadoras mexicanas o canadienses que no están en conformidad con esas regulaciones; para esos autos, la tarifa es el arancel regular aplicado a otros países, como Japón, que no tienen acuerdos comerciales con Estados Unidos.

Debido a que Trump puede aumentar este impuesto por encima del 2.5 por ciento, México y Canadá negociaron dos anexos distintos en el USMCA para tratar de proteger a los automóviles que se ensamblan en sus mercados, de manera que no enfrenten esas tarifas arriba del 2.5 por ciento si Trump impone aranceles de “seguridad nacional”. No obstante, los negociadores de Trump limitaron la posibilidad de dicho comercio. México puede acceder a la tarifa del 2.5 por ciento solo si cumple con las reglas originales del TLCAN para automóviles, lo que incluye que el 62.5 por ciento del valor de un automóvil se fabrique con partes de América del Norte. Esto significa que las empresas que ensamblan en México no pueden importar más motores o transmisiones de Asia o Europa para mantener los costos bajos; en este escenario, la cantidad de autos mexicanos que ingresan a los Estados Unidos se limita a 1.6 millones de unidades por año.

Finalmente, el Artículo 32.10 señala que la consecuencia de negociar un posible acuerdo de libre comercio con cualquier economía que no sea de mercado —es decir China—implica la anulación del USMCA. La cláusula contra el país asiático puede resultar más simbólica que sustantiva, ya que el Artículo 34.6 permite a cualquier país retirarse del USMCA con un preaviso de seis meses, sin requerir una justificación. Pero la señal de los Estados Unidos a sus socios de USMCA es clara: es China o nosotros.

A pesar de la visión del mundo de Trump sobre el comercio, los acuerdos comerciales deben ser beneficiosos para todos economicamente y de esta manera seguir siendo sostenibles políticamente.

El nuevo USMCA aún no está aprobado. Las legislaturas nacionales en los tres países deben ratificar el acuerdo y, seguramente, enfrentarán un vigoroso debate en el Congreso Americano. Incluso pueden surgir más sorpresas después de que el USMCA sea aprobado, si los elementos que restringen el comercio del acuerdo resultan ser demasiado problemáticos. Canadá o México podrían ser los primeros en exigir una repentina y costosa renegociación del acuerdo. No todo está dicho.

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Cortesía de Investing.com

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