Los estibadores afilan sus armas para la batalla con Fomento y buscan apoyos para rechazar el proyecto del ministro Íñigo de la Serna para liberalizar el sector y anuncian huelga. “Es nuestra última herramienta después de hacer lo posible para que nos escucharan”, afirma Antolín Goya, coordinador general de CETM.
Parecen dispuestos a todo; publicaron un vídeo en el que, con el lema ‘Puerto o muerte’ e imágenes de luchas pasadas, llaman a la resistencia. Enfrente tienen no sólo al ministro, también a las patronales de concesionarias de terminales portuarias y de plataformas logísticas.
Los empresarios pintan a los estibadores como un colectivo privilegiado que merma la competitividad de la economía. “La retribución de un portuario puede rondar entre los 70.000 y los 140.000 euros al año”, afirma Francisco Prado, presidente de la Asociación de Empresarios de Logística Propeller.
Se quejan de los privilegios, pero no creen que haya que señalar sólo a los estibadores. “Si se liberaliza la estiba, habrá que tocar otros colectivos de los puertos españoles”, señala Prado.
Ahora, las concesionarias de terminales portuarias han encargado un informe a ‘Pricewaterhouse Coopers’ en el que se hacen una serie de recomendaciones. El sueldo medio de los estibadores es de 67.800 euros brutos al año. La propuesta de los empresarios es bajarlos un 60% hasta los 27.000. No sólo eso, también quieren que trabajen 334 horas más al año: que de las 1.540 de ahora pasen a casi 1.900.
Los estibadores se defienden: no se sienten unos privilegiados. Dicen que lo que tienen lo ganaron durante muchos años de trabajo y de lucha y que probablemente es una cuestión de percepción. “Parece que nos tenemos que sentir pecadores por tener condiciones medianamente buenas”, señala Goya. Ellos no están dispuestos a acostumbrarse.