En la reforma fiscal, la Secretaría de Hacienda propuso cobrar IVA al momento de internar importaciones temporales, un impuesto recuperable si los productos comprados se incorporan a las exportaciones (un beneficio del programa llamado Immex).
Este cambio implicaba la captación de alrededor de 25,000 millones de dólares en el 2014, lo que suscitó críticas de las maquiladoras, tras lo cual Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, dijo que el impuesto permanecería exento para empresas que aprobaran una certificación de confiabilidad y que tal beneficio sería extensivo a sus proveedores.
La Secretaría de Hacienda ha argumentado que quiere tener un mayor control para evitar el fraude aduanero, mientras que la Secretaría de Economía ha destacado su intención de facilitar en la medida de lo posible las operaciones del comercio exterior.
“Queremos un sistema de certificación no discriminatorio, en el que no importe el tamaño de las empresas”, indicó Juan Díaz Mazadiego, director de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
De común acuerdo con la Cámara de Diputados, y con la pendiente aprobación en el Senado, las dependencias se coordinarían para establecer los requisitos del nuevo programa de certificación, que entraría en vigor hasta el 2015.
Las empresas automotrices y maquiladoras tendrían así tres opciones respecto del IVA en importaciones temporales: pagar el impuesto y luego recuperarlo; a través de una fianza, gastando sólo en la prima, o exentar esa contribución con el esquema de certificación.
La Secretaría de Hacienda informó que las 100 mayores empresas exportadoras de México serán certificadas para que queden exentas del pago del IVA a importaciones temporales.
Dentro de ese centenar de firmas, se encuentran siete compañías de la industria terminal automotriz, una de las más dinámicas del comercio exterior.
En México hay cuatro esquemas de diferimiento de pago de impuestos de importación: las empresas Immex, el depósito fiscal automotriz, el recinto fiscalizado estratégico y el recinto fiscalizado.
La Secretaría de Hacienda descartó tanto que la reforma fiscal vaya a provocar la salida de empresas establecidas como que erosione los incentivos para atraer inversiones en México.
“Estamos creando las condiciones propicias para que México sea un país que pueda recibir inversiones; tener mejores condiciones económicas, de infraestructura; para que puedan llegar más inversiones”, dijo Aristóteles Núñez, jefe del Servicio de Administración Tributaria.
En el Impuesto Sobre la Renta, los cambios aprobados por la Cámara de Diputados incluyen que el monto no deducible de los pagos exentos para los trabajadores será de 53 por ciento.
“Queremos terminar con aquellos maquiladores que han abusado del esquema, que no han pagado impuestos sobre la renta, que no pagan impuestos al valor agregado y que, si bien es cierto que generan empleos, los generan en virtud de esos beneficios extrafiscales que no deben tener”, comentó.
Sobre si se irían inversiones, como lo ha advertido el Consejo de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación, replicó: “No tenemos ningún elemento firme (sobre ello). Las empresas que vienen a pagar a México son siempre bien recibidas”.
Grupo México advirtió que de aprobarse la reforma fiscal en los términos actuales, destinarán inversiones por 5,338 millones de dólares a otros países que estimulen la inversión, como Canadá, Chile, Perú y Estados Unidos.
