Nuevamente leñadores de Ciego de Ávila y de otros territorios trabajan de conjunto en la elaboración de carbón vegetal para Europa, con el objetivo de exportar en el presente año alrededor de 25 mil toneladas y contribuir así a la economía cubana.
La iniciativa surgió en 2007 en la Empresa Agroindustrial Ceballos y desde esa fecha el envío de ese material energético a partir del marabú proporciona entrada de divisas que beneficia varios proyectos y también el aumento de la capacidad financiera, explicó a la ACN el ingeniero Wilver Bringas Fernández, director general de la entidad.
El dirigente puntualizó que con el programa previsto hasta el cierre de diciembre, la cifra de carbón de madera llegará a 200 mil toneladas en los últimos 11 años y proporcionará no solamente moneda dura, sino además el empleo de centenares de trabajadores que se dedican a esas labores en unión de sus familias.
Bringas precisó que en cada colectivo de jornaleros existe un control estricto en la producción carbonífera de sus obreros dedicados a la tarea para garantizar las cualidades exportables, pues cada fase tiene índices técnicos específicos en el tamaño y grosor de los troncos de los árboles.
Las principales áreas que se explotan se localizan en los municipios de Manzanillo, Colombia, Guáimaro y los alrededores de Ciego de Ávila y Camagüey, siempre en marabuzales cuyas faenas son diurnas y nocturnas frente a las adversidades climáticas, destacó Florentino Delgado Martínez, especialista de la Agricultura.
Agregó que la cantidad de carbón vegetal que Ciego de Ávila proporciona al Viejo Continente es muy superior a lo indicado, ya que otras empresas avileñas también acometen exportaciones similares, pero en volúmenes pequeños como la Forestal Integral, Flora y Fauna, Servicios Comunales y la de Cultivos Varios La Cuba.
La comercialización que realiza en ese sentido la Agroindustrial Ceballos la ejecuta la agrupación de Cítricos Caribe S.A. a países como Italia, Grecia, Portugal, España y otros, donde existe interés por la calidad de la producción y sus valores energéticos, subrayó Delgado Martínez.
Precisó que este tipo de combustible cubano comenzó a exportarse en busca de una fuente energética que no daña el entorno y, por el contrario, abunda tanto que en la Mayor de las Antillas hay más de un millón de hectáreas infestadas con esa maleza, sobre todo en tierras agropecuarias y zonas ganaderas, de acuerdo con números oficiales.
