Los datos son realmente interesantes, habla de la enorme penetración regional, del número de ramas de la economía y de la integración comercial entre nuestros tres países. Del informe destaca que 29 estados: Alabama, Arizona, Arkansas, Carolina del Norte, Colorado, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Illinois, Indiana, Iowa, Kansas, Kentucky, Maine, Michigan, Minnesota, Mississippi, Missouri, Montana, Nebraska, Nuevo México, Ohio, Oklahoma Pensilvania, Rhode Island, Tennessee, Texas, Vermont, West Virginia y Wisconsin venden más del 30% del total de sus exportaciones en la región NAFTA.
En 10 de estos estados, más del 40% de sus exportaciones van a Canadá o México, y en 7 de ellos NAFTA representa más del 50% de sus exportaciones.
El reporte no tiene desperdicio, se puede ver si son bienes agrícolas o industriales, y el monto de las exportaciones por rubro y por estado. Tomemos Ohio, que en 2016 exportó a México 6,400 millones de dólares, lo cual representó el 14% de sus ventas al extranjero (Canadá representó 39%). México le compró del sector automotriz 1,200 millones, en productos de plástico 650 millones, en granos 250 millones y en componentes eléctricos 230 millones, sólo por enunciar algunas categorías. En poco más de una década, Ohio triplicó el monto de sus exportaciones a México.
De estos 29 estados, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en 22; Hillary Clinton sólo en 7. Es decir, de salirse de NAFTA, Trump le hará más daño precisamente a los estados que votaron por él. Resulta irónico, justamente su base electoral será la población económica más afectada en Estados Unidos. Pero ni eso parecería que puede domar la insensatez de la Casa Blanca.
