“Actualmente, la red ferroviaria mexicana sólo se conecta con la estadounidense en 8 de los 25 cruces fronterizos”, explica el diagnóstico sobre infraestructura de transportes del Programa Sectorial Comunicaciones y Transportes 2013-2018.
El documento considera que el aumento de los puntos de contacto entre ambas redes es un área de oportunidad para mejorar el flujo de mercancías.
Y es que en los últimos 20 años, el comercio entre ambos países creció 436.2 por ciento en valor, al pasar de 88 mil 206 millones de dólares en 1993 a 472 mil 954 millones en 2012, según datos de la Secretaría de Economía.
Pero la infraestructura de ferrocarriles no creció al mismo ritmo.
En 1996, durante el proceso de privatización del sector, la red ferroviaria mexicana estaba compuesta por 26 mil 622 kilómetros de vía, mientras que al cierre de 2012 subió a 26 mil 727, una diferencia de apenas 105 kilómetros.
Entre las consecuencias está una utilización intensiva del autotransporte para este propósito.
Datos del Departamento del Transporte de Estados Unidos revelan que el 82.5 por ciento de las mercancías vendidas o compradas a México en 2012 –medidas en valor– fueron transportadas por camión.
En los cruces fronterizos y los retenes ubicados en carreteras dirigidas hacia la frontera, como el de Querobabi, en Sonora, y el Centinela, en Baja California, es común que los vehículos permanezcan formados por horas esperando a ser inspeccionados.
Mientras tanto, los trenes tienen una baja participación, pues apenas el 16.5 por ciento de las mercancías que cruzan la frontera lo hacen por este medio.
Esta baja proporción contrasta con el uso del tren de carga en la Unión Americana. Medidos por volumen, el 53 por ciento de los productos en ese país se mueven por este medio de transporte.
A pesar de esto, Pablo Suárez Coello, director general de Transporte Ferroviario y Multimodal de la SCT, ha dicho que la extensión de la red ferroviaria mexicana cubre adecuadamente las ciudades más grandes del País y los planes de esa dependencia federal consisten principalmente en libramientos.
El análisis de la SCT también detectó un déficit de conectividad ferroviaria en los puertos, pues de los 15 que son administrados por el Gobierno federal, cuatro no tienen acceso a las vías del tren.
