sábado, abril 27, 2024
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Firma pone en alerta todos los bloques comerciales

La firma puso en alerta a todos los bloques comerciales, en especial a China que siente la contraofensiva de Estados Unidos luego de la expansión que realizó en América latina, firmando acuerdos comerciales y fundamentalmente aportando miles de millones de dólares a las economías de la región.

Estados Unidos está detrás de otro mega acuerdo comercial, el que lo vinculará con la Unión Europea (TTIP,  Transatlantic Trade and Investment Partnership). Este acuerdo representará 60% del PIB mundial, un tercio del comercio internacional de bienes y servicios y 800 millones de consumidores. Probablemente por lo ambicioso, la discusión lleva ya un par de años y nadie espera un rápido desenlace. Además del libre comercio, el pacto incluye armonizar normas, controles y exigencias administrativas, coordinar las leyes que vayan a tener impacto comercial o facilitar las inversiones.

Solo en una iniciativa Estados Unidos chocó con un rotundo fracaso: el ALCA, Área de Libre Comercio para las Américas que naufragó en la cumbre de Mar del Plata de 2005, fundamentalmente por la negativa de Argentina y Venezuela y el acompañamiento de Brasil. En aquella cumbre, George Bush, el presidente de Estados Unidos, decidió retirarse antes de la culminación y desde entonces las relaciones diplomáticas nunca lograron alcanzar un nivel pleno de satisfacción.

Ese fracaso del ALCA revivió el Mercosur y dejó la puerta abierta para el ingreso de China a la región.

Existe una diferencia muy grande entre uno y otro socio comercial. Estados Unidos busca eliminar toda traba al comercio y la inversión, lo que de hecho congela un status quo en beneficio de los países con mayor grado de desarrollo. China, en cambio, llegó con la billetera abierta a satisfacer las necesidades de financiamiento en economías ahogadas por políticas que muchas veces parten desde los mismos países desarrollados.

Sin embargo, la mirada dentro de los países de la región no es homogenea. Incluso, hay diferencias muy marcadas entre las posiciones dentro del mismo país, como sucede en Brasil, donde su aparato industrial quiere romper con el Mercosur y avanzar en la firma de un acuerdo con Estados Unidos, donde creen poder competir y ganar mayores cuotas de mercado.

La llegada del acuerdo TPP puede también significar que se aceleren los tiempos del pacto entre Mercosur y la Unión Europea. Sería una forma de compensar la pérdida de mercados que podría generar el acuerdo del Pacífico.

La visión interna

El departamento comercial de la Unión Industrial Argentina hgizo una evaluación de las características e impacto que tendrá el TPP en la región.

En el mismo, se plantea que: Luego de la crisis económica-financiera que se desencadenó en septiembre 2008 y el fracaso en el intento de cierre de la Ronda de Doha, Estados Unidos lanzó el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. La firma de este tratado el 5 octubre abre múltiples interrogantes sobre las implicancias geopolíticas que tendrá el TPP.

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, también conocido como TPP (Trans Pacific Partnership) por sus siglas en inglés, es un tratado de libre comercio plurilateral que crea nuevas condiciones en las relaciones económicas de los países miembros. Entre los objetivos del tratado se encuentran: la reducción de las barreras arancelarias y no-arancelarias para impulsar el comercio y la inversión. Las negociaciones de este acuerdo se iniciaron poco después de fracasar el intento de concluir la Ronda Doha en julio 2008, debido -entre otras razones – a que importantes países en desarrollo se resistieron a acatar la voluntad de los países desarrollados.

A diferencia de los acuerdos comerciales tradicionales, donde los países firmantes solían tener cierta cercanía geográfica, en esta oportunidad se trata de un acuerdo entre países de distintas regiones cuya vinculación geográfica es la salida al Océano Pacífico. Intensamente promovido por Estados Unidos, el tratado involucra a otros 11 países: Japón,  Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile.

Este acuerdo constituye un éxito estratégico para Estados Unidos y está destinado a tener impacto y consecuencias políticas a escala internacional. Por un lado, limita el poder de China en la región y sus posibilidades de trazar o diseñar reglas en el intercambio con sus socios comerciales. Por el otro lado, aumenta el peso de la presencia de EEUU y de sus intereses comerciales en los mercados de Asia Pacífico. Con la firma del TPP, Estados Unidos ha conseguido exportar sus normas comerciales, tanto en materia laboral y medio-ambiental, como en la construcción de marcos regulatorios de normas técnicas y sanitarias y fitosanitarias. Esto implica una alta barrera de entrada para los países y bloques que no forman parte del acuerdo. Otro aspecto a tener en cuenta es que es posible que aquellos países que actualmente se vinculan comercialmente con los países miembros del TPP, pero no están incluidos en el mismo, se vean afectados por desviación de comercio e inversiones.

Si bien es necesario que el TPP sea ratificado por los parlamentos de los países firmantes para que comience a regir, el acuerdo ya representa un ambicioso proyecto de integración de un grupo de países de  la región Asia Pacífico, tanto por el volumen de producción de bienes y servicios, como por el valor de las corrientes de comercio e inversiones entre dichos países.

Los países firmantes conforman una población de 792 millones de habitantes (11% de la población global), y son responsables de cerca del 40% del PBI mundial. Además, realizan el 24% de las exportaciones y el 30% de las importaciones del mundo. Los ingresos por inversión extranjera directa alcanzan el 30% del total y los egresos por igual motivo se elevan a 44%.

En 2014 Argentina exportó USD 14.400 millones a los países miembros del TPP e importó USD 15.180 millones en el mismo período siendo Estados Unidos el principal destino y origen del comerio.

Los documentos conteniendo los textos definitivos resultantes de la negociación no estaban disponibles y todavía se seguía trabajando en los mismos. Sin embargo, se conocen las áreas que fueron objeto de la negociación, que fueron: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal de personas, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo y Pequeñas y Medianas Empresas.

Profundiza el distanciamiento, por Piero Albanesi (Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales de la UNLP)

La reciente firma del acuerdo de libre comercio del Transpacífico deja varios aspectos para analizar. En primer lugar, por ahora, tanto las industrias brasileñas como argentinas, no serán seriamente afectadas en el corto plazo, dado que ningún país miembro del Mercosur firmó este tratado, y ningún firmante del TPP está entre los principales socios comerciales de estos países, y si bien Brasil exporta sus productos al sudeste asiático vía Perú, no le causaría gran daño a su economía, por la escala menor de dicho intercambio. Los efectos para el Mercosur son colaterales, porque el TPP profundiza el distanciamiento entre Alianza del Pacífico y Mercosur, y trunca el comercio intrarregional en América del Sur, al menos, hasta la creación del Corredor Bioceánico que permita la unión del “Eje Atlántico” con el “Eje Pacifico”.

En lo que respecta a Chile, no variará mucho su panorama, dado que ya tiene firmados TLC con todos los firmantes del TPP. Perú es el principal beneficiado de la región, ya que no posee gran número de TLC por lo que le permite esto, importar manufacturas de países como Vietnam, a bajo costo, sin pagar aranceles.

Otro aspecto para analizar, ya desde una perspectiva geopolítica, es que este tratado consolida el desplazamiento del escenario mundial al “Eje Atlántico”, uniendo a través del “Eje Pacifico” a 12 países que representan el 40% de la economía mundial y funciona como un límite puesto por EE.UU. a la gran influencia de China en el sudeste asiático –zona con gran perspectiva de crecimiento– y su presencia progresiva en Sudamérica.

Desde el punto de vista económico, este mega acuerdo no causará grandes cambios en el escenario sudamericano, más bien es una reafirmación de las diferencias de proyectos y ritmos económico-comerciales entre países atlánticos y los del Pacífico. Hasta que los diferentes bloques de integración no afiancen sus relaciones no habrá grandes modificaciones, y desde el punto de vista geopolítico vemos que es la continuidad de la lucha entre China y EE.UU. por ser el principal actor mundial.

El plan B del libre comercio norteamericano, por Carlos Adrián Garaventa (Docente de Derecho de la Integración)

El mes próximo se cumplirá una década desde que se llevó a cabo la IV Cumbre de las Américas en la Ciudad de Mar del Plata. A diferencia de las cumbres presidenciales que quedan en la historia como aquellas que dieron lugar a la firma de un importante tratado internacional, ésta es recordada por haber enterrado definitivamente la propuesta estadounidense del ALCA.

Además, la alianza estratégica de los presidentes Néstor Kirchner, Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva en contra George Bush jr., significó el final de una era y el comienzo de otra nueva en la integración sudamericana.

A pesar de que Estados Unidos continua siendo el principal socio comercial de la región, no ha podido imponer su política económica con la misma facilidad que en las décadas pasadas. En este orden de ideas, la firma del TPP se presenta como la posible resurrección del libre comercio.

La pregunta, entonces, es: ¿Cómo podría afectar esto al Mercosur? En primer lugar debemos tener en cuenta que el tratado entrará en vigencia dentro de tres años y, además, no se vislumbra (al menos en el corto plazo) un cambio de curso drástico en nuestra política regional. Además, el hecho de que China no forme parte del acuerdo es una cuestión que llama la atención aún más que el mismo TPP.

En esta inteligencia, la firma del TPP puede presentar una interesante oportunidad para el Mercorus en el fortalecimiento de las relaciones con China y los procesos (aún embrionarios) de cooperación sur-sur.

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