En el intercambio de ideas, se identificaron áreas susceptibles de crecimiento y desarrollo como son el sector automotor, el de sus partes y componentes, el farmacéutico, el de alimentos procesados y el turismo. Hay temas señalados para atención especial como facilitar y acelerar la expedición de visas para comerciantes, estudiantes y personal calificado, aligerar trámites aduanales y ampliar apoyos financieros y mejorar las reglas en materia de compras de gobierno.
Ambos países compartimos la misma preocupación por los productos chinos de bajo precio que invaden nuestros mercados. Aquí no basta emprender lentos procesos de antidumping. Hay otras medidas que deben aplicarse para igualar condiciones de producción y costos para mantener competitivos los productos nacionales indios y mexicanos.
Fuera de la reunión, la secretaria Teaotia mencionó que han avanzado las negociaciones para crear el RCEP (Asociación Económica Integral Regional) que abarcará India, China y los países de ASEAN, reuniendo más de una tercera parte de la población mundial y 40% de la producción industrial y de comercio internacional. Se trata de una respuesta al TPP (Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica) que Estados Unidos promueve y del que nuestro país será miembro cuando se ratifique.
Hay diferencias entre dichos dos proyectos en materia de desgravaciones arancelarias, reglas generales de origen, vigencias de patentes farmacéuticas y nuevas normas para compras de gobierno. Contrario al TPP, el RCEP no dependerá tanto de rebajas arancelarias sino del mejoramiento de las condiciones de los mercados internacionales.
Lo anterior es un reflejo de que el impacto de niveles arancelarios ha disminuido en las últimas décadas de acuerdos bilaterales y regionales. A medida que un país elimina sus impuestos de importación, va quedando sin fichas para nuevas negociaciones y las condiciones no arancelarias aparecen como más relevantes.
La multiplicidad de acuerdos económicos, con base en desgravaciones, ha saturado el comercio internacional por lo que la utilidad de futuros esquemas convencionales queda cuestionada. En Europa los rubros importantes ya no son tarifarios y en América Latina veinte años de negociaciones en ALALC, ALADI, Mercosur o la Alianza del Pacífico dejan cubiertas muchas expectativas. Los proyectos TPP y RCEP absorberán gran parte de los esquemas bilaterales y regionales existentes.
Para nadie son fáciles las actuales condiciones para el comercio internacional. Por esta razón, los acuerdos internacionales de nueva generación deben valerse de sistemas informáticos y amplios esquemas logísticos que enlacen zonas de producción con los de consumo, para rebajar a un mínimo los costos de producción, almacenamiento y transporte.
En el Grupo de Alto Nivel México-India se tomó nota de que los países industrializados siguen apoyando ciertas producciones con reglas administrativas y financieras preferenciales. El caso se agudiza en los productos agropecuarios. No hay indicios de que se cancelen esos apoyos que la OMC condena. Estados Unidos, Europa y Japón insisten, sin embargo, en que los países “emergentes” eliminemos nuestros aranceles de importación para productos del campo.
En este tema, la señora Teaotia se muestra firme. India no rebajará sus aranceles hasta que los industrializados supriman sus apoyos agropecuarios.
La India ya está intentando adecuar sus estructuras a los nuevos tiempos. Uno de los propósitos del Grupo de Alto Nivel es el de montar la cooperación necesaria para que ambos países caminen al mismo paso en sus desarrollos, monitoreando el cumplimiento de sus acuerdos. Un elemento en que coinciden India y México es el decidido apoyo que hay que dar a la producción nacional para asegurar un sano nivel de ocupación laboral.
